Sebastián Leal abre su escuela a nuevos aires

  • Al cabo de veinte ediciones de su Festival de Baile Flamenco y de Salón, asegura sentir las mismas fuerzas y apuesta por renovarla con otros estilos y géneros


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El arte es solidario por naturaleza. Al menos el talento individual del artista necesita primero creerse su experiencia creativa y luego compartirla para que ésta sea reconocida como tal. Partiendo de esa premisa, puede interactuar desde su torre de marfil o desde su implicación y contacto directo con el mundo que le rodea. Sebastián Leal ha elegido esta segunda vía. Su vinculación con Rute no sólo se limita a la cultura del baile, su territorio y su reino. Desde hace años colabora de manera activa con la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con iniciativas como las galas benéficas. No en vano, es miembro de la actual directiva.

Ahora ha hecho extensiva a Arapades su cooperación con colectivos del municipio. En un año más difícil si cabe en el ámbito social, ha decidido donar cuatrocientos euros a la Asociación Ruteña de Personas con Demencia Senil. El bailaor y profesor hizo entrega a su presidenta, Natividad Leiva, del cheque simbólico. Como rubricó Ana Lazo, concejala de Cultura y presentadora de la velada, gestos así demuestran que, si su calidad artística “es admirable”, la humana “lo es aún más”. Al igual que en lo solidario, como profesional no deja de reinventarse “sin dejar atrás sus señas de identidad”.

Con esa declaración de intenciones por todo lo alto, arrancó en el Teatro al Aire Libre “Alcalde Pedro Flores” la vigésima edición de su Festival de Baile. Con ella se cerraba el mes de julio y ha resumido el pasado, ha mostrado el presente y ha anticipado el futuro de la escuela. Como señaló su promotor, ha dejado de estar ceñida al flamenco para abrirse a otras disciplinas de baile y deporte. El crecimiento ha ido paralelo a su propia formación continua. Y en ello, sigue, con su Centro de Calidad de Vida y Envejecimiento Activo, que a partir de septiembre dejará entrar nuevos aires como el fit kid.

Dieciocho coreografías ratificaron ese proceso de enseñanza-aprendizaje. Porque el arte de Leal también se retroalimenta, con su propio alumnado y con profesionales de localidades vecinas, que arroparon en esta noche tan especial. Su ecléctica propuesta no es un choque de trenes sino un abrazo de géneros y estilos. Sólo así se entiende que, como en la música, él también sepa fusionar el flamenco que corre por sus venas con los nuevos ritmos que alumbra el citado fit-kid. Que cantantes como Sergio Contreras hayan aunado sonidos tan heterogéneos ya no extraña, pero que se bailen sobre un mismo escenario sin crear estridencias sólo se puede resumir con una palabra: genio.

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