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El médico de familia del Centro de Salud insiste en la necesidad de mantener las medidas y defiende la suspensión cautelar de AstraZeneca, aunque cree que es una vacuna segura
A un año de la declaración de la pandemia, el médico de familia del Centro de Salud de Rute Sebastián García Pacheco ha tratado de arrojar luz sobre la Covid-19. En torno a un 80% de la población la pasa sin mayores complicaciones, pero hay un porcentaje en que se agrava y llega a provocar la muerte. Una de sus características es la variabilidad en cada paciente. Los síntomas se pueden asemejar a una gripe, un resfriado e incluso de cara a la primavera a los de la alergia. Junto a la fiebre, la tos o le ahogo, en las personas de más edad se produce un decaimiento. En relación a las vacunas, no implican que no se deban mantener las medidas sanitarias, porque no protegen al 100% de contraer la infección ni de contagiar. Por tanto, pasará tiempo hasta que recuperemos del todo la normalidad. Entre tanto, hay que guardar el aislamiento cuando se prescriba. Además, ante un virus sin tratamiento y sin que las vacunas hayan llegado a la mayoría de la población, las medidas de prevención son fundamentales: distancia social, mascarilla y lavado de manos.
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El médico se ha prestado a responder las preguntas de la audiencia de Radio Rute. Muchas se han centrado en las vacunas, más aún una vez que también el Gobierno de España ha suspendido temporalmente la administración de AstraZeneca. Las tres que se administran en nuestro país se basan en generar anticuerpos en la parte del microorganismo que se adhiere a las células. La de Pfizer y Moderna lo hacen a través del ARN y la de AstraZeneca a través del ADN. Pfizer tiene una eficacia del 94%, y un punto menos la de Moderna, mientras que la de AstraZeneca baja al 80%.
En las personas de más edad, la de Pfizer es la más adecuada. Además, de Moderna han llegado muy pocas dosis. Respecto a AstraZeneca, desconoce qué se va a hacer con las personas que ya recibieron la primera dosis. Se prevé que el Gobierno hará un protocolo alternativo, pero en este caso la segunda dosis se administra a las doce semanas, lo que permite más margen de maniobra. Como medida cautelar y “ante la duda” de los casos de trombos que se han generado, a falta de probar la relación, ve “adecuada” la suspensión durante dos semanas. Ahora bien, García apunta que, “desde lo que se sabe”, la vacuna “es segura”.
En principio, las personas que ya han pasado la enfermedad también tendrían que vacunarse, si bien el protocolo se va modificando. El actual indica que, si alguien tiene menos de 55 años, se pospone a los seis meses de la enfermedad. Por otra parte, hasta hace muy poco, el concepto de reinfección no existía. Sin embargo, se han dado casos, aunque pocos. En Rute, no se conoce ninguno. Hay un protocolo por si se sospecha, al menos en los primeros tres meses. Lo que sí ha dejado claro es que, una vez que se supera y se crean anticuerpos, el virus no se trasmite, salvo por una reinfección.
Sobre los efectos a largo plazo, no se conoce su alcance, pero los más comunes son cansancio, fatiga mental, aturdimiento y ahogo. No suelen darse en los asintomáticos, pero se agudizan en quienes han sufrido más la enfermedad, en especial si han estado entubados. Esas dudas forman parte de las muchas preguntas en torno al coronavirus para las que sigue faltando una respuesta clara. La información se actualiza a diario y cambia constantemente. Así, en relación al grado de inmunidad tras la primera dosis, tan sólo se sabe que varía. Se hablaba de un 60% en Pfizer y Moderna, pero puede llegar al 80%. Tampoco hay evidencia de por qué algunos miembros de la familia se contagian y otros no, pero sí hay factores de riesgo: desde la edad o patologías previas a la carga viral. En la misma medida, a unas personas les afecta más que a otras. La exposición es clave, tanto para contraerlo como para contagiarlo.
De igual modo, faltan estudios sobre la eficacia en las nuevas cepas. En general, son útiles “pero menos”. La de Pfizer es “muy efectiva” para la británica. No se sabe tanto de la de AstraZeneca, pero todo apunta a que es menos eficaz. Otra incógnita es la de los tests en las farmacias. Hace meses se dijo que llegarían pronto, pero a día de hoy no están disponibles. También han surgido dudas sobre las fechas de vacunación, aunque advierte que tardarán, en especial para los jóvenes. En este sentido, ha recordado que en el Centro de Salud no se vacuna a más gente porque no tienen más dosis. Llegados a este punto, Sebastián García se ha referido a la situación de los profesionales sanitarios al cabo de un año. No oculta el cansancio que sufren, no sólo por las horas luchando en primera línea, sino por los continuos cambios y la incertidumbre, que se traduce en estrés y fatiga psicológica. También se sienten “maltratados” por la clase política, aunque asegura que ésta es una profesión “muy vocacional”.