Con este encuentro no sólo se buscan familias de acogida sino informar a toda la sociedad de estas cuestiones
La concejala de Servicios Sociales, Luisa Trujillo, ha mantenido una reunión de trabajo con Antonio Cejas, de la Asociación de Voluntarios de Acción Social, AVAS. Esta asociación opera a nivel provincial y tiene sede en Puente Genil. El objetivo del encuentro era lanzar un llamamiento a personas y colectivos de Rute y alrededores para promover el acogimiento familiar. De hecho, Cejas es educador social y responsable de este programa dentro de la asociación. En concreto, desde AVAS se contactó con el Ayuntamiento de Rute para el acogimiento de menores con cualquier problema de discapacidad. Por ello, en cierto modo se buscan perfiles “profesionales”. No significa que se requiera una titulación concreta, pero sí ciertos conocimientos para cuidar a niños con problemas físicos o psíquicos. Las familias que se suman a este programa reciben el asesoramiento adecuado y se les hace un seguimiento semestral. También perciben una asignación económica mensual “para sufragar los gastos generados de unas necesidades en ocasiones bastante especiales”.
Cejas expone la realidad sobre el tema en la provincia de Córdoba. La mayoría de los niños que hay en centros de acogida “no están porque hayan cometido ningún delito, sino porque su familia de origen no puede hacerse cargo”. Por eso se busca un perfil de familias que puedan acogerlos. Ni siquiera son siempre enfermedades graves. En algunos casos se trata de un simple “retraso madurativo”. Otras veces, llevan tanto tiempo en centros “que sufren muchas carencias afectivas”. La intención de AVAS no pasa sólo por captar familias de acogida, sino que toda la sociedad “sea consciente de estos temas”. En ese contexto, su línea de trabajo incluiría charlas a colectivos o reuniones con profesionales de la sanidad.
El acogimiento familiar es distinto de la adopción, hasta el punto de que son dos opciones incompatibles, “aunque el proceso sea similar”. Si una familia está en la bolsa de adopción “no puede estar a la vez en la de acogimiento”. Otra diferencia notable es que los lazos con la familia de origen no se pierden. Al fin y al cabo, la estancia, dentro de un margen amplio, tiene una fecha límite, con un plazo que marcará la Fiscalía o el Servicio de Protección de Menores. En suma, la filosofía es mucho más simple. Cejas explica que en Córdoba hay niños que van a colegio con regularidad. La diferencia es que luego, en vez de volver a casa, van a un centro de acogida. Estos niños no pueden compartir las experiencias más simples de otros compañeros de clase, “como pasar con sus padres o sus hermanos un día en la playa”. En definitiva, llevan una vida “normalizada, con todas las necesidades básicas cubiertas, pero les falta una familia”.
La concejala se ha sumado al llamamiento y no como una mera formalidad por su cargo. Lo ha hecho basándose en su propia experiencia personal. El año pasado hubo en su casa dos niños bajo este programa. Desde el Centro de Acogida de Rute se presentó un proyecto para familias que quisieran acoger niños en las vacaciones de Navidad. La suya fue una de esas familias. Trujillo asegura que no sólo fue una experiencia “positiva y enriquecedora” para ella y su marido, sino también para sus dos hijos.
