Se inaugura en Rute una calle dedicada a Juan Caballero, “Abuelo de la Banda”

Juan Caballero recibió el cariño y el homenaje  de los representantes públicos, de sus hijos y, por supuesto, de la Banda  Municipal

Juan Caballero recibió el cariño y el homenaje de los representantes públicos, de sus hijos y, por supuesto, de la Banda Municipal

A estas alturas, huelga decir que la Banda Municipal de Música es una institución en Rute, con más de un siglo de antigüedad. Los reconocimientos han sido múltiples como entidad, y en ocasiones se han personalizado en algunos de sus miembros. También es obvio que sin el tesón y la constancia de esas personas no hubiera sido posible que perdurara tanto en el tiempo. Ahora se ha vuelto a poner en valor la fidelidad a la música de uno de sus integrantes. Una calle de la zona de expansión del casco urbano, junto a Los Manzanos, tiene un nombre elocuente: “Juan Caballero. Abuelo de la Banda”. Como recordaron los presentes, el nombre fue aprobado por la Corporación anterior. Pero ha sido en el último domingo de octubre cuando se ha inaugurado de forma oficial, con el descubrimiento de la correspondiente placa.

Juan Caballero se acerca ya 80 años y lleva más de medio siglo ligado a la Banda Municipal. Como subrayó la concejala de Cultura, María Dolores Peláez, estamos ante “una realidad cultural”. Y esa realidad se ha mantenido gracias a las personas que, pese a los distintos avatares, “han peleado para que sea una de las instituciones más importantes de Rute”. Juan representa “un ejemplo”, el de alguien que entró en la banda “siendo un niño” y ahí sigue. Según el alcalde Antonio Ruiz, era un día muy especial para “el buque insignia de la cultura ruteña” y en particular para alguien que plasma “esa pasión por la música, que hace que la banda tenga el prestigio que tiene”. Para Ruiz, que los jóvenes tengan “de espejo” a alguien como Juan significa que a la banda le espera “un futuro tan grande como su presente y su pasado”.

El protagonista no oculta que puede servir de espejo en que mirarse. Porque resume su vida en dos palabras: “el campo y la música”. Lleva más de sesenta años dedicado a la música y asegura que, “mientras pueda”, seguirá alimentando el gusanillo. Y en su propio homenaje predicó con el ejemplo. Después de descubrir la placa y que su primogénita Amelia, junto a sus otros hijos, leyera una emotiva carta, Juan se sentó entre los miembros más jóvenes de la Banda Municipal para el concierto que se ofreció. Lo hizo tocando el saxofón, su instrumento de siempre, salvo, como recuerda, algún período en que tuvo que tocar esporádicamente el clarinete.

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