Se buscan donantes de vida

  • La familia de Manuel Casado, un niño de seis años con leucemia, busca en Rute donantes para un trasplante de médula

  • Han reforzado la campaña con motivo de la visita en agosto al municipio del Centro Regional de Transfusión Sanguínea

Médula
El tío del pequeño ha venido a Rute dentro de la campaña de concienciación que están haciendo en Granada y Córdoba

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“¡Que no le pase a uno!” Es la frase que cualquiera de forma instintiva repite de forma instintiva al conocer historias como la de Manuel Casado Borrego. La suya era la de un bebé normal, uno de tantos niños, en su primer año de vida. Ahí se detuvo el tren de la normalidad. Fue entonces cuando en su casa empezaron a notar los primeros síntomas de que algo no marchaba bien. No había cumplido aún los dos años cuando le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. Ahora tiene seis. Su tío Juan Manuel Casado lo recuerda con una triste ironía: les había tocado una lotería que no sabían ni siquiera que existiera. Dentro del seísmo emocional que supuso para toda la familia, supieron que no era de los tipos de leucemia más dañinos: se podría superar con un tratamiento de quimioterapia, eso sí, largo, de dos años. Todo se estaba regularizando hasta que el tratamiento llegó a los veinte meses. En ese momento Manuel tuvo una recaída, que obligó a reorientar el proceso. Necesitaba un trasplante de médula.

  • El mayor problema reside en que no resulta fácil encontrar donante s cuya médula sea compatible
  • Se busca gente interesada en colaborar, pero el proceso hasta hacer efectiva la donación es más largo que en la de sangre o plasma

Es en este punto de la historia donde la familia entra en contacto con Rute. Están repartidos por diversos municipios de Granada y Córdoba, y aprovechando la ramificación se han lanzado a una campaña masiva de concienciación. Por tal motivo, la visita a Rute del Centro Regional de Transfusión Sanguínea en agosto no es una más. Por lo general, esta visita (días 4 y 5, en el Centro Cultural Rafael Martínez-Simancas, Ludoteca, de 18.00 a 22.00h.) tiene un carácter más de urgencia que el resto. El aumento de accidentes de tráfico en estas fechas coincide con frecuencia con la disminución de donantes, por el período vacacional. En esta ocasión, la familia de Manuel busca voluntarios como los que hay con la sangre o el plasma, pero en este caso para que hagan lo mismo con la médula. Con la misma expresividad gráfica, su tío compara el reto de encontrar médula compatible con “buscar una aguja en un pajar”.

Lo más socorrido fue buscar en los dos hermanos de Manuel, pero no cumplían esa condición de la compatibilidad. Ambos tenían “un 25% de probabilidad” de poder ayudar a su hermano, pero finalmente la analítica no dio buenos resultados. Lo mismo ocurrió con los padres, a pesar de que en ellos las posibilidades de compatibilidad se elevaban al 50%. Así pues, el pequeño permanece a la espera de que puedan hacerle un trasplante con una resolución satisfactoria. Según explica su tío, ese trasplante no viene de una persona predeterminada. Cuando alguien se decide a aportar su médula, ésta va a un banco de donantes de ámbito internacional. Y ahí se buscan pacientes que puedan recibirla.

En el momento en que se disponga de la médula, el niño tendría que ser “aislado por completo”. La razón es que se le deja sin defensas algunas, para, con otra sesión extra de quimio, proceder al trasplante. Entretanto, Manuel sigue adelante con un tratamiento de quimio “más fuerte” que el inicial. No pierde la sonrisa, por más que la vida lo haya desafiado de la forma más cruel. Da fe de ello la fotografía que acompaña al cartel que la familia está distribuyendo por doquier. Para canalizar ese esfuerzo, han creado una plataforma. En cierto modo, va “por delante” del Centro Regional de Transfusión Sanguínea. Es una labor paralela, para “reforzar el buen trabajo que desarrolla el centro”. Allá donde se desplaza para las campañas de donación, la familia llega para que los donantes contribuyan también con la médula ósea.

El procedimiento no es el mismo. Quien desee colaborar no se limita a ir a la Ludoteca a donar, sino que primero ha de manifestar su intención. A continuación, ha de someterse a una analítica que lleva a cabo la Fundación Josep Carreras y cuyos resultados tardan “unos dos meses”. Juan Manuel Casado insiste en que el donante “puede aparecer en cualquier parte, incluso fuera de España”. Es consciente de que el procedimiento es más lento y complicado que el de la donación de sangre. No faltan amigos y conocidos que se encuentran por la calle, o hasta los llaman por teléfono, y que se ofrecen a donar. El resto de donantes sí que están siendo claves, porque las sesiones de quimio hacen que el pequeño necesite también reponer sangre y plaquetas. Aunque esos voluntariosos donantes de médula no puedan hacerlo de inmediato, esa actitud mantiene viva la esperanza de la familia, la de Manuel, un niño de seis años que no quiere perder la sonrisa que muestra en esa foto tan elocuente.

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