Samafrava lanza una línea envases doy-pack para el sector alimentario

  • Las otras dos novedades de esta firma puntera de Rute son las líneas denominadas “SamaRec” y “SamaBio”, enfocadas al reciclaje y la sostenibilidad

La nueva maquinaria para los envases doy-pack ha llevado a redistribuir el espacio de las instalaciones

Manuel Córdoba repasa las nuevas líneas de producción y diseño de Samafrava

Una de las empresas punteras de Rute, Samafrava, sigue creciendo y reinventándose. La firma acaba de lanzar su primera línea doy-pack. Según explica su gerente, Manuel Córdoba, representa “una alternativa” a los envases que venden para alimentación. La novedad es que incorporan “muchos avances estéticos y de formato”. Entre otros aspectos visuales, incluyen “una cremallera” que facilita el cierre hermético del envase entre un consumo u otro para una mejor conservación. Como ejemplos, su utilidad puede servir para géneros tan distintos como golosinas, frutos secos, pasta o queso. Estamos, pues, ante un envase “de consumidor final”.

  • Samafrava facturó 14 millones de euros en 2020 y espera que las ventas a final de 2021 se eleven a 16 millones

El carácter novedoso ha propiciado que el proyecto sea subvencionado. Al mismo tiempo, su lanzamiento supone “una barrera” ante posibles competidores, puesto que permite fidelizar al cliente que ya adquiría otros productos antes de invertir en la línea doy-pack. No en vano, la diversificación de la empresa se remonta al cambio de normativa sobre bolsas de plástico de 2008. Desde su fundación hace 50 años y hasta entonces, Samafrava “dependía al cien por cien” de la bolsa comercial. Al adaptar su estrategia a la nueva legislación, tuvieron clara la apuesta por la alimentación.

La recompensa se vio en plena pandemia. Tan sólo treinta personas de la plantilla se sometieron a un ERTE y después se reincorporaron. Además, este sector representa hoy día el 70% de la producción. Córdoba matiza que eso no significa que fabriquen menos bolsas de plástico, sino que la nueva línea “ha crecido de forma exponencial”. De hecho, piensa que el mundo de la alimentación aún tiene “mucho recorrido”.

La otra apuesta es la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental. Así, han renovado el certificado en BRC “con la calificación de doble A”. Igualmente, las dos nuevas líneas de producción, “SamaRec” y “SamaBio”, tienen una clara vocación de reciclaje. Es consciente de que hay cierta “demonización” del plástico y falta pedagogía. Pero la estrategia comercial, reflejada en el cambio de imagen corporativa, incide en la sostenibilidad y la economía circular. Asegura que lo hacen por convicción, porque los clientes lo reclaman y porque la normativa obliga a disminuir el impacto ambiental.

En ese contexto, “SamaRec” garantiza que, “siempre que se haga un uso correcto”, el material es reciclable y se puede reincorporar al ciclo productivo. Por su parte, la bolsa “SamaBio” se basa en materiales y estructuras compostables de modo que, al final de su vida útil su destino sería el contenedor de orgánica para volver al ciclo productivo como compost o abono. De esta forma, la empresa se ha renovado tanto en sus formatos, puesto que doy-pack es una línea de diseño, como en sus líneas de producción.

Gracias a ello, Samafrava cerró 2020 con una facturación de 14 millones de euros, lo que supuso un aumento del 11% respecto al año anterior. Una décima parte corresponde a exportaciones, centradas en Francia, Portugal y el norte de África. Por cuestiones logísticas, la exportación está más frenada, pero aún ve margen de mejora a nivel nacional. No en vano, se espera que las ventas de 2021 ronden los 16 millones de euros. En conclusión, estas cifras han permitido que la plantilla aumente en la misma medida. El techo de la firma lo marcará “el tiempo”, pero cree que se están poniendo “los mimbres” para al menos “seguir creciendo en los próximos ejercicios”.

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