Contenedor situado en el ayuntamiento por la entrada de la calle Juan Carlos I
Durante el mes de octubre se han vuelto a instalar en Rute los contenedores para el reciclaje de pilas. Son contenedores rojos, que van a poder encontrarse en la planta baja del ayuntamiento y en el Edificio de Usos Múltiples. La idea de colocarlos viene de las áreas de Medioambiente del Ayuntamiento y Diputación, a través de su empresa pública Epremasa. Su función es recoger las pilas alcalinas y salinas usadas, de cara a no mezclarlos con el resto de basura orgánica, que se usa para abonos. Desde hace cinco años, estas pilas, que son las más usadas, ya no se fabrican con contenidos de mercurio o de cadmio, dos de sus componentes más contaminantes. Son, por lo tanto, residuos “asimilables a los orgánicos”, que se podrían tirar junto al resto de basura, porque irían por canales seguros, hasta vertederos sanitariamente controlados y sellados, según ha manifestado Eva Puche, técnico de Epremasa. El hecho de arrojarlas a los contenedores rojos obedece a que así son sometidas a un tratamiento “aún más seguro”.
Las pilas verdaderamente peligrosas son las llamadas “de botón”, que no se deben arrojar a estos contenedores, sino depositarlas en los llamados “puntos limpios”, que están proliferando en toda la provincia (el más cercano está en Iznájar), o llevarlas a los establecimientos donde se han adquirido, “ya que tienen la obligación de recogerlas”. Puche cree que la gente de Rute está concienciada con el reciclaje de pilas, pero cree que esta conciencia debe ser “coherente” con otros materiales y residuos que pueden ser reciclados, como el papel o el vidrio. La técnico también ha animado a que se cambie el uso de estas pilas por otras alternativas, como las recargables, productos que funcionen con baterías “o incluso juguetes de cuerda para los niños”.
