Estimado lector, nos encontramos en pleno tiempo estival, concretamente en la antesala de las Fiestas Patronales de Rute. El verano es sinónimo de descanso, pero también de repaso; si no que les pregunten a muchos estudiantes. Es por esta razón, además de aprovechar el tirón turístico que recibimos gracias a las mencionadas fiestas, que vamos “repasar” y a invitar a tanto a locales como a foráneos a visitar dos de nuestras joyas patrimoniales. Asimismo, es por todos sabido que pese al calor se recomienda disfrutar de un poco de descanso activo acompañado de cultura.
Como ya hemos anunciado en anteriores ediciones, este año estamos de enhorabuena debido a que nuestra querida Torre del Canuto ha sido rehabilitada y puesta en valor. Aunque existan retractores hay que reconocer que ha supuesto un auténtico hito, ya que en Rute, patrimonialmente hablando, se hace habitualmente poco. Por lo que tenemos la obligación moral y ciudadana de volver a subir a nuestra sierra y disfrutar de un monumento que forma parte de nuestra idiosincrasia.
Torre del canuto: se localiza coronando uno de los picos de la Sierra de Rute, para visitarla se puede acceder a través de varias rutas de senderismo. Icónicamente hablando, es el monumento más emblemático de Rute, ya que, conforma la heráldica de la localidad. Desde el punto privilegiado donde se localiza, podemos contemplar el territorio que ocupan varias provincias.
Nuestro segundo supuesto, es otro cantar. Rute Viejo ha sufrido de nuevo un incendio, este le afectó parcialmente como hablamos en la anterior edición. Sin embargo, hay que ser positivos y sacar algo bueno, gracias a la acción del fuego se ha retirado toda la maleza y ahora se pueden contemplar sus muros y zócalos mas fácilmente.
Rute Viejo: Este yacimiento defensivo de origen medieval, actualmente se propone como una fortaleza densamente fortificada, es un icono para Rute y su memoria colectiva; debido a que se ha defendido como el origen de la población. Aunque no se encuentra puesto en valor, se conserva bastante bien y todavía se puede apreciar con claridad sus sistemas defensivos (accesos, muros y torres). Asimismo, desde el yacimiento se pueden contemplar unos paisajes de película, principalmente al atardecer, debido a su situación estratégica.
Por último, no puedo despedirme sin desear un feliz descanso y sin animar a disfrutar de Rute, su patrimonio, su gente y sus costumbres. Si nosotros mismos no valoramos lo que tenemos, es difícil que alguien foráneo lo aprecie. Es por todo esto que debemos sentirnos agradecidos por todo lo que nos ha dado esta tierra y devolvérselo. Feliz Verano.
¡DESTACAMOS!