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La delegada de Medioambiente ha detallado en la Cooperativa Agrícola los plazos, que comenzarán a principios del año que viene con la licitación del proyecto
Tras su visita al colegio Blas Infante, la delegada de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta, Araceli Cabello, ha estado en la Cooperativa Agrícola de Rute. La han acompañado el portavoz popular en el Ayuntamiento, David Ruiz, y la diputada provincial de esta formación, Carmen María Arcos. Como agricultor, Ruiz le ha pedido que luche por el olivar en unos tiempos especialmente difíciles. En este sentido, Cabello ha hecho referencia a la manifestación del sector celebrada en Madrid. La delegada ha repasado las amenazas que sufre el campo andaluz: a la prolongada sequía se suma la incertidumbre del “Brexit” británico y la subida de los aranceles de Estados Unidos para productos como la aceituna.
- La cooperativa está afrontando una importante reforma para mejorar la trazabilidad y actualizar el proceso de producción
Para afrontar estos retos y defender los intereses de los agricultores, la delegada ha expresado “el compromiso” de la Consejería, mano a mano con el Gobierno central y la Comisión Europea. También se ha referido a otro tema más concreto de Rute, como es la construcción de la depuradora de aguas residuales. Aunque espera detallar en otra visita la situación actual del proyecto, a modo de avance ha adelantado que a principios de 2020 se empezará la licitación. La obra estaría concluida en 2022.
Cabello ha supervisado las obras que se están haciendo en la cooperativa. Según ha explicado su presidente, Francisco Cabrera, las infraestructuras estaban “muy atrasadas” en lo referente a trazabilidad, para poder seguir todo el proceso de molturación. La reforma afecta “al patio de recepción, la zona de decantadores y la bodega”. Los decantadores reemplazan al sistema tradicional de pozuelos o alberquillas. De hecho, ocuparán el mismo espacio, que ahora se está acondicionando. Más que acelerar la producción, se garantiza así una mayor fiabilidad sanitaria del aceite, extrayendo muestras para su análisis antes de enviarlo a bodega. La inversión se eleva al millón y medio de euros, aunque hay líneas de ayuda de hasta el 30% del Gobierno autonómico.