Rubén Trujillo y José Julián Serrano se codean con los mejores en la Andalucía Bike Race

  • Han ocupado el puesto 19 pero hasta la lesión de Rubén llegaron a estar quintos de esta prueba por parejas y por etapas entre las provincias de Jaén y Córdoba

Los dos ruteños tienen un sabor agridulce de que las cosas de podían haber dado aún mejor en esta prueba

Rubén Trujillo relata la experiencia con José Julián Serrano en la Andalucía Bike Race

Las provincias de Jaén y Córdoba han acogido del 16 al 22 de mayo la edición de 2021 de la Andalucía Bike Race. Esta clásica del ciclismo MTB o de montaña regional abarca habitualmente buena parte de la comunidad autónoma. Sin embargo, las restricciones sanitarias han limitado el espacio recorrido para crear “una burbuja” con los participantes a imagen de lo que ya se ha hecho en otros deportes, además de suprimir lugares habituales. Con todo, las seis etapas que la conformaban han sumado 364 kilómetros, con un desnivel positivo acumulado de 11300 metros.

  • En la quinta etapa todo se torció, cuando Rubén sufrió una lesión muscular que hasta entonces no había dado la cara

Al igual que las provincias, el número normal de corredores, ochocientos, se ha quedado en la mitad. Entre ellos, ha habido dos de Rute, Rubén Trujillo y José Julián Serrano. Y es que otra de las novedades de esta edición ha sido que se ha disputado por parejas. En cada una no podía haber más de dos minutos entre sus integrantes en los controles y en meta. El resultado les ha dejado un sabor agridulce. A priori, el puesto 19 que han ocupado en la clasificación final podría parecer más que satisfactorio. El problema es que, analizando la actuación con perspectiva, hay un regusto final de ocasión perdida.

José Julián y Rubén llegaban a Jaén en un punto de forma óptimo, que no tardaría en confirmarse en las primeras pedaladas. Sin parar de subir en la general afrontaron el cambio de provincia. Sobre un terreno que conocen mejor, la cuarta etapa, la primera en Córdoba, les aupó al quinto lugar. No sólo mantenían las buenas sensaciones, sino que entre los cuartos y los sextos había mucha igualdad, y se podía mejorar más aún.

Con esas buenas perspectivas, afrontaron la quinta etapa, la más dura, con 77 kilómetros y 2200 metros de desnivel. Y ahí se torció todo. Rubén acusó una lesión muscular que hasta entonces no había dado la cara. Ni siquiera había requerido especial tratamiento en las sesiones de fisioterapia que, aprovechando que en Córdoba iban y venían a diario, había hecho en Rute. La lesión limitó ese día su rendimiento, a lo que se sumó un inoportuno pinchazo. Para completar los infortunios, la señalización les confundió y acabaron haciendo 8 kilómetros más y perdiendo un tiempo precioso.

El aviso del viernes se agravó en la última etapa, de 48 kilómetros, donde se hizo presente la leyenda épica que rodea al ciclismo. Pese a que había recibido una nueva sesión de fisioterapia, Rubén llegó muy castigado y precisando de atención en cada avituallamiento. A nivel personal, lo siente por él mismo y por su compañero, que no podía distanciarse más. Ahora le queda recuperar y valorar con perspectiva lo que han conseguido, a pesar de las circunstancias.

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