IZAR reivindica en Rute la vigencia del espíritu de la II República

  • Unas jornadas temáticas abordan los paralelismos que se dieron en 1931 con los de los últimos años

  • Desde esta formación de izquierdas se cree que hoy día se dan las condiciones para promover cambios sociales parecidos a los de entonces

Izar
El ponente y militante de IZAR Granada Adrián Mora (a la derecha) fue presentado por su compañero de Rute Rubén Ronda

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El pasado 14 de abril se conmemoraba el 85 aniversario de la proclamación de la II República en España. Por tal motivo, Izquierda Anticapitalista Revolucionaria (IZAR) ha promovido en Rute unas jornadas temáticas. La primera entrega tenía lugar dos días después de la efeméride, el sábado 16, con idea de poner el colofón el fin de semana siguiente, con la emisión de la película “Tierra y libertad”, de Ken Loach. La ponencia “II República, Guerra Civil y revolución social. Lecciones para hoy” corrió a cargo de Adrián Mora, de IZAR Granada, que fue presentado por su compañero de Rute Rubén Ronda Osuna. El eje del acto público era la vigencia de los valores republicanos en la actualidad. Según Adrián Mora, los procesos sociales de 1931 permiten sacar “muchas lecciones”. De ahí que, sin perder de vista que hay que hacer memoria, no vea estas iniciativas como un ejercicio “de nostalgia”, sino para “aprender”. Lamenta que aquel período “revolucionario y de transformación” se quedara en “una oportunidad perdida”. Considera que fue “sesgado por los latifundistas, la banca, las grandes fortunas, los militares, es decir, aquellos que veían que sus intereses estaban en peligro”.

  • Muchas fortunas de hoy proceden de gente que defendió el golpe de Estado y el régimen franquista
  • Según Mora, la clase dominante ha impuesto su visión y en consecuencia el problema “se despolitiza”

Para Mora los movimientos de entonces y los de los últimos años tienen en común la entrada en política de gente “a la que se había alejado”. De pronto, recuerda, estudiantes o trabajadores “ponen en solfa y critican el régimen en que viven y además quieren cambiarlo”. A su vez, esto contradice la idea de que los jóvenes de nuestro tiempo viven al margen de la política. No cree que la intensidad sea la misma pero sí ve similitudes en las movilizaciones que se han venido dando. Las de 1931 cristalizaron en la república, pero ahora cree que faltan asuntos por poner sobre la mesa. Según apunta, algunos “se han quitado de manera interesada”. Frente a quienes sostienen que hoy día no existe un escenario propicio para promover esos cambios, este activista sí piensa que se dan las condiciones objetivas para ello.

La vigencia de aquellos años también la aprecia en el otro extremo. Asegura que muchas fortunas de hoy se fraguaron “en gente que defendió el régimen franquista justo después”. Lo que ocurre es que, en su opinión, la clase dominante “ha impuesto su visión en cada momento”. Primero fue durante la dictadura y más tarde en la transición. Como consecuencia, sostiene que el problema “se despolitiza”. Tampoco esconde otro paralelismo que se podría establecer, como es el de la fragmentación de la izquierda. A su juicio, las grandes formaciones han apostado en los dos períodos más “por la conciliación y no superar el sistema liberal”. Frente a eso, sostiene que la verdadera unidad “debe estar en la calle y en superar el sistema”.

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