Rafael Martínez-Simancas firma en Rute ejemplares de su nueva novela, con la que debuta en el género histórico

Numerosos paisanos se acercaron a que Simancas les dedicara su última novela

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Volvió a Rute Rafael Martínez-Simancas. Como ha hecho con otros títulos, el periodista y escritor, e Hijo Predilecto de la Villa, vino el último sábado de mayo a firmar ejemplares de su nuevo libro, “Doce balas de cañón”. Lo hizo en la librería Ideal, la de Paqui y Ezequiel, “ese librero a la antigua usanza”, en palabras del propio autor. Con “Doce balas de cañón” Simancas rememora un episodio del que se cumplen noventa años, el Desastre de Annual. La obra está inspirada en la derrota de las tropas españolas en esta localidad actualmente perteneciente a Marruecos, en julio de 1921, frente a los hombres de Abd-el-Krim. Cuenta la historia de Julio Benítez, comandante malagueño en el puesto de Igueriben. Sin agua y con apenas municiones, Benítez intentó salvar a su tropa de “los errores cometidos por el mando”. La relata desde el punto de vista de un actor que ha de encarnar al comandante en una película. El distanciamiento desde el presente no está hecho de manera expresa para establecer ninguna relación entre la forma de ser del comandante y los valores de nuestros días. Eso, según Simancas, “tiene que decidirlo el lector”.

No quiere, pues, trasmitir mensaje, tan sólo intentar narrar “algo interesante” y recordar que en la vida “hay héroes y villanos”. Sin embargo, se le acaba escapando su simpatía por este personaje “que fue capaz de estar a la altura de las circunstancias”. Ojalá, añade, muchos españoles de ahora “tuvieran esa altura moral”. El problema, cree, es que, en un país “donde olvidamos tanto la memoria histórica”, decir eso es “una calamidad”. Para el periodista, en Inglaterra o Francia este personaje sería “un héroe nacional”. Por el contrario, aquí es “un grandísimo olvidado”. Su explicación es diáfana: “Tenemos mala memoria, poca cultura y estudiamos muy poquito la Historia”.

Ese cóctel de olvidos hace que se ignore la trascendencia de lo ocurrido en Igueriben. Y no es que no se supiera nada del Desastre de Annual. Se contaba en el “Informe Picasso”, de más de mil folios. Se iba a leer en el Congreso y para impedirlo “se dio un golpe de Estado, el de Primo de Rivera”. Luego vinieron “una serie de consecuencias que llegan hasta el año 36”. Junto a este expediente, el tema se ha abordado en otras novelas como “Imán”, de Ramón J. Sender.

“Doce balas de cañón” es la primera incursión de Simancas en la novela histórica, un género en auge en los últimos años en España “porque estamos rescatando unas vergüenzas del pasado”. El periodista ruteño subraya que hasta hace poco hablar de Annual era “una vergüenza”. En este punto, recuerda una historia de su abuela sobre una señora de Rute que fue a buscar a su hijo, soldado en Annual, cuando nuestro país recuperó la zona un año y medio más tarde. Después de cultivar otros géneros como la novela costumbrista, la biografía o el ensayo en clave de humor, no cree que haya que cambiar en exceso de registro. Al fin y al cabo, “todo es literatura, uno se adapta al formato de lo que quiera contar”.

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