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La ONG celebra en la Fuente Alta una jornada de convivencia con las delegaciones provinciales para seguir dándose a conocer en el municipio
Declaraciones de los responsables de Proyecto Hombre en Rute
Una pancarta con un lema elocuente, “Implícate”, presidía el paraje de la Fuente Alta en la mañana del primer domingo de noviembre. La habían colocado los responsables de Proyecto Hombre en Rute. Allí culminaría una jornada de convivencia con delegaciones del resto de Córdoba que había arrancado por la mañana con una ruta senderista. El objetivo de este encuentro ha sido seguir dando a conocer Proyecto Hombre en Rute, después de que en julio se presentara la delegación local. La jornada tuvo un aire familiar, en consonancia con la filosofía de esta fundación. Quieren que sus integrantes se sientan justo como una familia. Así lo asegura Jesús Sola, terapeuta de Proyecto Hombre y principal impulsor de la delegación ruteña.
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La ONG tiene su origen en la Italia de hace cuatro décadas, de manos del sacerdote Mario Picchi. En España se gestaría en los 80, cuando la heroína causaba estragos. Con los años, el uso de heroína ha caído. Sin embargo, no han desaparecido las adicciones. Tan sólo ha cambiado el perfil del consumidor de drogas. Por eso, se ha diversificado el radio de acción para seguir atendiendo a estas personas. Para ello, se sostienen en dos pilares. Por un lado, cuentan con un equipo de profesionales, compuesto de terapeutas, educadores o psicólogos. Y por otro, se apoyan en el voluntariado. En buena parte, lo conforman quienes en su día se acercaron a pedir auxilio. Para Sola, son personas “que viven su solidaridad y en su manera de vivir está el ejemplo”.
Aparte de ese voluntariado “vivencial”, en Rute gente como Magdalena Villén o Maruja González no ha dudado en echar esa mano necesaria. Están convencidas de que desde los de más edad a los más jóvenes pueden aportar. Para Magdalena Villén, quien acude a ellos encuentra esa familia que a veces no tiene o no le responde. Su compañera cree que con frecuencia cada uno teme ser el único que se equivoca y cae su autoestima. Pero ella tiene claro que hay que aceptarse y que los valores de cualquiera son más que sus limitaciones. El problema es que se suele ver sólo los errores “y nadie tiene por qué sentirse machacado, sino levantarse y luchar”. En esa línea y siguiendo el lema de la jornada, Magdalena Villén ha animado al pueblo de Rute a que se implique. A la espera de contar con una sede física, las personas interesadas pueden contactar con ellos personalmente o llamar al teléfono 675 90 26 82.otros ámbitos”.