Proyecto Hombre trabajará el consumo de alcohol y la prevención de drogas en Rute

Representantes  de instituciones y de colectivos ruteños se reúnen con los responsables y  terapeutas de Proyecto Hombre

Representantes de instituciones y de colectivos ruteños se reúnen con los responsables y terapeutas de Proyecto Hombre

Hace unos días representantes de los Servicios Sociales Comunitarios, del Centro de Salud de Rute, de organizaciones como Cáritas Interparroquial, miembros de la Policía Local, personal del Ayuntamiento y el propio alcalde Antonio Ruiz, asistieron a una reunión convocada por los responsables de Proyecto Hombre, con el objetivo de trabajar en Rute. Esta ONG nació en 1985 para ofrecer soluciones en materia de tratamiento y rehabilitación de las drogodependencias y otras adicciones. El trabajo que hacen abarca desde la prevención en diferentes ámbitos hasta la rehabilitación y reinserción de las personas drogodependientes. Cuentan con cerca de treinta centros repartidos por todo el territorio nacional, así como coordinadores y responsables en multitud de pueblos. Ahora, dos de ellos, Esperanza Flores y Jesús Sola, junto a un equipo de psicólogos, profesionales y terapeutas, van a trabajar en la localidad.

En principio, el alcalde Antonio Ruiz, ha valorado muy positivamente esta iniciativa. Según ha dicho, se trata de “coordinar esfuerzos, entre los distintos actores sociales, de cara a prevenir el consumo de drogas”. Ruiz ha manifestado que hubo años en el municipio donde el consumo de drogas fue más preocupante. Afortunadamente, ahora no es así, asegura. No obstante, Antonio Ruiz considera que no se puede bajar la guardia y siempre hay que estar atentos a cualquier índice de consumo de drogas, sobre todo entre los más jóvenes. El alcalde considera que las familias deben conocer cómo afrontar este asunto, y disponer de toda la información y herramientas existentes. El terapeuta ruteño Jesús Sola, sabe de lo que habla. Él ha padecido en primera persona lo perjudicial que puede resultar el consumo de una sustancia adictiva.

Jesús Sola entiende que es la sociedad, los adultos en general, los que deben trabajar para atajar esta problemática, sin intentar culpabilizar a los jóvenes. Piensa que los adultos deben ser conscientes del ejemplo que ofrecen. Asegura que a un joven “la palabra no le sirve”. Lo que no puede ser, insiste, es que desde que un niño tiene cuatro o cinco años en su fiesta de cumpleaños en vez de ver exclusivamente batidos o zumos, ya esté viendo que los adultos consumen alcohol. En la misma línea se manifiesta Esperanza Flores, que sostiene que si asociamos continuamente fiesta a alcohol”, lo que estamos haciendo es “normalizar su consumo”. Según Flores, puede ser “normal” que un adolescente quiera probar el alcohol. Lo que no es normal, a su juicio, es “que los padres lo consientan”.

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