Javier Povedano vuelve a proclamarse campeón de Europa de Jiu-jitsu

  • El ruteño ha revalidado en Lisboa el título que consiguió hace un año en cinturón marrón para menos de setenta kilos con kimono

  • Asegura que esta edición ha tenido bastante más nivel, por la cantidad de participantes y por la contrastada calidad de los rivales

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Povedano en el momento en que se daba por finalizado el combate que lo consagraba como campeón europeo

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De nuevo, el ruteño ha subido a lo más alto del podio en esta cita continental

El ruteño Javier Povedano ha vuelto a hacer valer su condición de figura internacional del jiu-jitsu. Pese a ser aún una disciplina desconocida para muchos, él le ha dado relevancia en Rute, al convertirse en un referente como mínimo continental. En su impresionante palmarés, que le llevó a ser distinguido en su propio pueblo con el Premio Villa de Rute al Deporte en 2015, ya había logrado el Campeonato de Europa en 2010. Entonces competía en la categoría “leve”, y se alzó con el título en la localidad italiana de Módena. Ahora acaba de revalidar el título. Pero lo ha conseguido en su categoría de los últimos años, la denominada “pena”, es decir, con un tope de 70 kilos con kimono. Lo ha hecho en la ciudad que se ha asentado como sede del campeonato en las últimas ediciones, Lisboa. Allí ya había subido al podio en otras ocasiones, hasta que hace un año llegó a lo más alto del cajón.

El pasado 21 de enero repetía triunfo. Se ha vuelto a coronar como rey europeo de este deporte, y en cierto modo como referente mundial. Y es que, pese a la condición de Campeonato de Europa, la cita acoge a figuras de otros continentes. De hecho, el ruteño destaca que hoy por hoy éste es el torneo más relevante en el calendario internacional de jiu-jitsu. No es una valoración subjetiva. Este campeonato es el que más puntos tiene para el ranking que elabora la Federación Internacional de Jiu-Jitsu. También ha sido el que más participantes ha congregado, por encima del Panamericano o el propio Campeonato del Mundo. Sumando todas las categorías, por edades, sexos y cinturones, ha superado la cifra de los cuatro mil quinientos participantes. El evento no sólo ha crecido en cantidad, sino en calidad. Asegura que ha notado un nivel mayor al de otros años. De ahí que se sienta exultante con el título.

En su misma categoría, de los cinco rivales de la edición anterior se ha pasado a catorce en ésta. De ellos, al menos tres venían de una categoría superior “y habían recortado peso”. Era el caso de su primer contrincante, anterior campeón europeo en 76 kilos, que había rebajado hasta los 70. Fue el combate más duro de cuantos tuvo que disputar, frente a un competidor “muy fuerte y muy técnico”. Ya había eliminado al ruteño en otra ocasión y Povedano tenía asumido que podía “volver a casa a las primeras de cambio”. A esa dificultad había que añadir que los dos se conocen muy bien. Según ha explicado, si él quiere llevar la iniciativa le interesa alguien con quien no se haya medido nunca, para que el rival no adivine sus intenciones. No fue éste el caso. El objetivo era, pues, superar esa fase, no sólo por planificar “a corto plazo”, sino porque suponía dejar atrás el principal escollo.

Como muestra de lo duro que resultó, sólo pudo imponerse en los últimos quince segundos. En ese momento, se desató la euforia, no sólo en el ruteño sino en la grada. Porque una diferencia que ha notado en esta edición ha sido el respaldo y los ánimos del público. Contando con esa primera ronda, para llegar a la final había que superar tres eliminatorias. Es decir, Povedano libró cuatro combates en sólo unas horas. Apenas duran cinco minutos, apunta, pero son de una intensidad agotadora, que exige el máximo. Haciendo una comparación con las carreras, lo asemejaría a una distancia de resistencia anaeróbica. Por si fuera poco, no tienen mucho tiempo de recuperación, en torno a un cuarto de hora, entre un combate y otro. De esta forma, el torneo en cada categoría se dilucida en una sola mañana o en una tarde. Por eso mismo, la planificación no se hace para un solo combate sino para aguantar esas horas al máximo nivel.

Aunque la actuación más destacada ha sido la suya, no se puede perder de vista la presencia en Lisboa del otro practicante de este deporte que hay en Rute, Antonio José Muñoz. Tras un primer combate impecable, Muñoz cayó en segunda ronda. Aparte de la categoría “pena” en cinturón marrón, Povedano se animó a participar en el campeonato absoluto, donde se mezclan todos los pesos. Lo hizo como prueba, con el título ya en el bolsillo. De hecho, él era “el más pequeño” de quienes estaban en este absoluto, ya que todos los demás sobrepasaban los noventa kilos. Con todo, le queda el mérito de superar la primera ronda. Con el buen sabor de este campeonato revalidado, Povedano continúa entrenando en Málaga, donde ha fijado su residencia, pese a que su destino laboral está en La Línea (Cádiz). A Rute ha anunciado que piensa venir “en breve”, a ver a sus padres y compartir con ellos y con los amigos este título.

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