Pintando cimas para alcanzar una educación global

  • Una joven de Rute participa con su pareja en un proyecto para llevar material escolar a zonas montañosas cuyos habitantes tienen difícil acceso a los colegios

La zona ecuatoriana de Cayambe ha sido el último destino del proyecto

Carlos Chamorro y Maribel Ramos – Pintando Cimas

Dicen que la fe mueve montañas. Al menos, permite llevar hasta ellas material escolar, gracias a personas que confían en mejorar el mundo que les rodea. Es lo que piensa el linarense Carlos Chamorro, que con el proyecto “Pintando cimas” ha podido aunar sus dos grandes pasiones: la docencia y la montaña. Para informar de sus carreras en ese terreno creó el blog “Búscame en la cima”. Corriendo conoció al marroquí Zaid Ait Malek. Éste le enseñó la cordillera del Atlas, pero no sólo sus paisajes, sino la situación de niños que a duras penas pueden acudir a un colegio y casi no disponen de recursos. En pleno siglo XXI, daban las clases sin otro material que una pizarra.

  • Han garantizado material escolar para ochenta niños durante un año

Fue así como se concienció y se propuso facilitar ese material a los pequeños. El paso siguiente fue crear una asociación “muy básica”, familiar, para canalizar la ayuda. Desde entonces, “Pintando cimas” ha crecido y ha sumado seguidores. Entre ellos, hay gente de Rute, como su actual pareja, Maribel Ramos, corredora de montaña como él. Tras el proyecto del Atlas, vendrían Nepal y Ecuador. Allí han estado en el mes de julio. Siempre se trata de núcleos de población en plena sierra y con un desplazamiento difícil a los colegios. Carlos relata que en Cayambe, la zona ecuatoriana donde han estado, los pequeños tenían que caminar hasta hora y media al día para ir a clase.

Es la primera vez que Maribel ha viajado. Colaboran muchas personas, pero al lugar sólo van las imprescindibles para reducir costes. Lo que no ha cambiado es la forma de financiar la campaña. Puesto que el origen está en las carreras de montaña, pensaron en vender camisetas técnicas para sufragar el material. Después, añadieron prendas como bragas para el cuello. En este sentido, agradece la implicación de la gente de Rute, como sus compañeros del Club Hacho Trail, que han comprado esa ropa. Se puede hacer cada vez que se pone en marcha un nuevo proyecto en la página web creada para tal fin.

Además de ser su primer viaje al lugar de destino, la relación ha sido más estrecha. Han pintado juntos el colegio y se han empapado de su cultura. Les han garantizado material para todo un año, aunque creen que lo importante es “plantar una semilla”, que se conozcan las necesidades y en el futuro no falte la ayuda. Ellos, por su parte, confiesan que lo más inmediato es “descansar”. Pero pronto planearán otro destino y contactarán con alguien del lugar para seguir llevando un derecho tan básico como la educación. A la vez, estarán fomentando valores como la sonrisa y la gratitud de esos niños.

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