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Antes de su regreso a la parroquia de Santa Catalina ha permanecido durante una semana en el camarín de la ermita de la Virgen del Carmen
Nuestro Padre Jesús Nazareno ya ha regresado a su templo tras su participación en la Magna Nazarena “Por tu cruz redimiste el mundo”, vivida en la capital cordobesa el pasado 14 de septiembre. Antes, durante una semana desde que volvió a Rute, ha permanecido en el camarín de la ermita de la Nuestra Señora del Carmen. En esos días su imagen y la de la Patrona han presidido el altar del santuario. La estampa ha sido contemplada por cientos de ruteños y ruteñas que se han acercado hasta la calle Toledo, donde se encuentra el Santuario del la Virgen del Carmen.
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Durante todo el fin de semana se han celebrado cultos y actos para conmemorar esta visita extraordinaria. El sábado a las nueve de la mañana la ermita abrió sus puertas para que ambas imágenes pudieran ser visitadas. Por la noche, tuvo lugar la celebración de una eucaristía a cargo del sacerdote José Gregorio Martínez, párroco de Santa Catalina y consiliario de ambas cofradías. Ya el domingo por la mañana, a las doce, hubo una misa de despedida al Nazareno y a media tarde comenzó el desfile procesional para su regreso a la parroquia de Santa Catalina Mártir.
A las siete en punto el Nazareno asomaba por las puertas de la ermita de la Virgen del Carmen, acompañado de los miembros de la cofradía y las autoridades civiles y eclesiásticas. A su encuentro fue la Agrupación Musical Santo Ángel Custodio, que, además de tener una presencia destacada en la comitiva oficial de la Magna, también acompañó al Cristo ruteño durante este recorrido procesional. Además, para la ocasión se ha contado con un alumbrado extraordinario.
La imagen del Nazareno discurrió por la calle Toledo, en dirección a los Barrancos donde se detuvo, continuó por las calles Portugueses y Constitución, bajó por Juan Carlos I hasta llegar a calle del Agua, donde tuvieron lugar algunas de las petaladas que recibió. Subió la calle Del Agua y siguió por Pedro Gómez y la parte baja del Cerro. Fue una bajada insólita, que contrasta con la subida del Cerro que protagoniza el Nazareno en la mañana del Viernes Santo.
El recorrido se completó por las calles Cabra, con parada en la ermita de San Pedro, Lucena y subida por Juan Carlos I hacia Constitución. El Nazareno hizo su última parada ante las puertas de la residencia Juan Crisóstomo Mangas, antes de encaminarse a su templo. Finalmente, a las diez en punto atravesaba las puertas de la parroquia Santa Catalina Mártir. Culminaba así un evento histórico que ha dejado momentos e instantáneas que formarán parte del corazón de cientos de ruteños.
