María Luisa Jiménez gana su primer Máster Nacional en Collado Villalba

  • La jugadora del Club Bádminton Rute se sobrepuso a los nervios de debutar en la competición y a una lesión en la mano, y sólo cedió un set en el torneo

La joven ruteña en primer término durante la final del máster

Dani Jiménez y Mª Luisa Jiménez

El Club Bádminton Rute no para de cosechar alegrías. La última de enero ha llegado de manos de una de sus más jóvenes promesas, María Luisa Jiménez. Con sólo 10 años se ha adjudicado su primer Máster Nacional. Ha sido en Collado Villalba, con puntuación de siete estrellas. Ni su condición de debutante ni la lesión que arrastraba en un dedo de la mano le han impedido ser la mejor. Vuelve de la localidad madrileña habiendo cedido un solo set en todo el torneo. Con ella acudió Daniel Jiménez, como presidente del club, como entrenador y, claro está, como padre. Pese a la solvencia de los marcadores, dice que el camino “no ha sido fácil” porque su hija debía “gestionar los nervios”.

María Luisa no oculta que los tuvo durante toda la competición. Para templarse, contaba con una fase inicial de grupos. Aunque ya es una habitual del ranking autonómico, en Collado primaban las jugadoras del norte, Madrid y Valencia. Se medía, pues, por primera vez a todas sus rivales. Para Daniel, la grata sorpresa llegó cuando su hija pasó de ser “una desconocida” a terminar primera esa fase de grupos. Además, al ser primera, quedaba exenta del cruce de octavos. Eso sí, vivió un compás de espera de seis horas que acrecentó sus nervios para cuartos. Tal vez ello la llevó a perder el único set del máster, en el partido que la propia jugadora califica como el más difícil.

El domingo se jugaron las semifinales y la final. Hasta entonces, no tenían expectativas. Pero una vez en la final, la pequeña empezó a ser consciente de que podía ganar, con el consiguiente aumento de presión. Llegó a atenazarla de tal modo que se vio con un 8-2 en contra en el primer set. En el descanso a mitad de la manga, la ruteña rompió a llorar. Fue “un punto de inflexión”, en palabras de su padre, que vio que debía dejarla soltar la tensión acumulada “y cambiar la estrategia”. En la reanudación le bastaron tres puntos seguidos para recuperar la confianza y la iniciativa. A partir de ahí, “fue un ciclón”.

Para ambos, el programa de tecnificación Se busca campeón está dando sus frutos. El presidente resume que aporta un plus que complementa el trabajo físico y táctico de los entrenadores locales. Por lo demás, su hija es otro ejemplo de la labor de cantera del club, que, según Daniel, debe ser “una obsesión”. Están con jóvenes en etapas decisivas, y hay que ofrecerles una alternativa deportiva. Además, valores como Ángel López o María de La O Pérez (que en el mismo fin de semana disputó junto a Candela Arcos el Swedish International) ya buscan otras metas como la Liga Andaluza con Granada. Pero gracias a ese trabajo de base se garantiza el relevo generacional.

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