Lydia Arcos y Carmen Henares se traen para Rute sendos subcampeonatos en el Torneo Estatal de Tenis de Mesa

Lydia afianzó el subcampeonato tras imponerse en semifinales  a una juvenil de tercer año

Lydia afianzó el subcampeonato tras imponerse en semifinales a una juvenil de tercer año

Una de las citas más importantes de la temporada de tenis de mesa es el Torneo Estatal, que suele celebrarse en la primera mitad de febrero. No es tan crucial como el Zonal, que si no se pasa impide jugar el resto de campeonatos. Pero sí condiciona, por ejemplo, el ranking del Campeonato de España que ha de venir después. Empieza a ser habitual también que la sede del Estatal sea la capital vallisoletana. Allí ha estado durante los días 8, 9 y 10 una expedición de Rute: la formada por Lydia Arcos y las hermanas Carmen y Belén Henares, junto a sus respectivos padres y entrenadores, Diego y José María. A pesar de la distancia, Diego cree que Valladolid es “un buen sitio” para jugar un torneo en pleno invierno. Los pabellones en la mitad norte del país están climatizados y eso facilita la práctica deportiva en un campeonato “tan exigente”.

Vuelven a Rute con un balance de nuevo muy positivo, con dos subcampeonatos: el de Lydia Arcos, en categoría juvenil, y el de Carmen Henares, en alevín. Su hermana Belén se ha colado entre las ocho primeras. No pudo llegar más lejos porque en cuartos le tocó enfrentarse precisamente a Lydia “y una de las dos tenía que quedar fuera”. Ambas son conscientes de que, tanto en los campeonatos autonómicos como en los nacionales, casi siempre van a terminar cruzándose. Si pueden elegir, prefieren que sea cuanto más tarde mejor, ya que se conocen muy bien “y la victoria puede caer para cualquiera”.

Igual sucede  con la mayoría de jugadoras andaluzas. Se enfrentan a menudo y hay poco margen para la sorpresa. Eso sí, cuando se miden por primera vez a otra chica, siempre hay un período de tanteo. Según Lydia, el primer set sirve para buscar los puntos débiles de la rival y el resto para intentar atacarlos. Tampoco hay que olvidar que Andalucía es la principal referencia en el tenis de mesa nacional. En teoría, pues, enfrentarse a alguien de otra comunidad supone bajar el nivel. No en vano, Diego Arcos asegura que ganar un campeonato de Andalucía es “tan difícil” como ganar uno de España.

Las dos han competido en categoría de juvenil. Para Lydia es su segundo año y para Belén, el primero. Esta categoría abarca tres años y en los enfrentamientos se puede dar cualquier combinación de edad. Lydia lo sufrió en las semifinales contra Sofía Barba, un año mayor que la ruteña, aunque pudo derrotarla por un ajustado 3-2. Su valoración del torneo es buena, pese a que reconoce que empezó “floja” la fase de grupos. Y es que la exigencia del Estatal es máxima. Ni siquiera cabe la relajación en esa fase de grupos, aunque no sea eliminatoria directa. Hay que ganar todos los partidos para asegurarse un cruce más asequible en octavos.

Con parecidas sensaciones ha vuelto Carmen Henares. En su caso, es el primer año de alevín. Por tanto, se ha medido a jugadoras mayores, sin perder de vista lo que se llega a notar un año de diferencia a estas edades, por fuerza física y por experiencia. Por su condición de debutante en la categoría, aunque se ha enfrentado a jugadoras que conocía, “muchas otras eran nuevas”. Sí advierte que, aparte de las andaluzas, hay alguna que otra rival gallega y catalana bastante difíciles.

Sin apenas tiempo para recuperarse, física y mentalmente, tienen en tan sólo dos fines de semana) el Campeonato de España. La diferencia con el Estatal es que en éste sólo pueden participar jugadores clasificados en el Zonal, mientras que el Campeonato de España es abierto. Además, incluye competición por equipos y dobles. Así pues, serán cinco días intensísimos, con el añadido de que esta cita queda aún más lejos que la de Valladolid. Se jugará en Pontevedra.

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