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Durante el último año el INE ha desarrollado una metodología basada en la ubicación de los terminales y el “big data”, dividiendo España en 3.500 áreas
En noviembre de 2019 el Instituto Nacional de Estadística (INE) puso en marcha un proyecto piloto para saber cómo se movía la población gracias a sus teléfonos móviles. El INE reemplazaba las encuestas por el llamado “big data”. En 2020 empezó a aplicarse de forma continua. La novedosa metodología se concibió para determinar la población fija y la flotante de un territorio, o necesidades de servicios públicos, transportes e infraestructuras. Sin embargo, con la pandemia ha servido para analizar la movilidad en el confinamiento, la desescalada y las restricciones de después. Los datos son anónimos, con localización de los números, pero sin vincularlos a ningún titular. Para afinar su investigación, el INE dividió el territorio nacional en 3.500 áreas de movilidad, con un mínimo de cinco mil personas en cada celda.
- Los datos son anónimos, con localización de los números, pero sin vincularlos a ningún titular
En el caso de nuestro término municipal, Rute comparte área con la vecina localidad de Iznájar. La población de ambos municipios (14.032 habitantes según el censo oficial) se acerca mucho a la media de quince mil que tienen las áreas del estudio. En base a esa planificación, en nuestra celda la movilidad durante la prueba piloto, el lunes 18 de noviembre de 2019, fue del 11,31% de la población. Cuatro meses más tarde se redujo en casi cuatro puntos. El 16 de marzo, otro lunes, el primero tras el estado de alarma, fue del 7,46%. A raíz del confinamiento, sólo se podía salir de casa para ir al trabajo, la compra o la farmacia. Una semana después, el 22 de marzo de 2020, la movilidad alcanzó su nivel más bajo, apenas el 3,49%.
Las sucesivas fases de la desescalada permitieron remontar. El 1 de julio (miércoles) un 12,76% de la población salió del área Rute-Iznájar. Aunque el estudio no ofrece datos diarios, sí se observa cómo en fechas señaladas, como el cambio de quincena en los meses de verano, la movilidad aumentaba, más que en el fin de semana. Valga como ejemplo el 12,17% registrado el 15 de julio (miércoles) y el 9,07 del domingo siguiente. El cierre perimetral en la segunda ola en noviembre tiene su eco en estos datos. Días como el festivo de los Santos (3,96%), el 8 (3,62%), el 15 (4,29) o el 29 (4,55) reflejan las restricciones del momento. Igual ocurrió en enero y febrero con la tercera ola.
Cuando en marzo remitieron sus efectos y se agilizó la vacunación, la movilidad volvió a subir. Uno de los picos más altos del último año y medio se dio el día 3 de ese mes, (14,03%). La relajación de las medidas se traduce en los datos de abril y sobre todo mayo. El día 9 terminaba el estado de alarma. Antes, el miércoles 5, se había marcado un 14,24%, y el 19 de mayo alcanzó el registro máximo desde la pandemia (14,69%). Ya en junio, los picos más altos se han dado el día 2 (14,36%) y el 9 (13,53%).
