Los peligros constantes a los que se expone nuestro paisaje

Estimado lector, una vez acabado el periodo estival retomamos nuestra actividad normal. Este verano nos ha dejado multitud de noticias y circunstancias a tratar, no obstante, encuentro una que puede resultar especialmente interesante para entender los constantes peligros a los que se expone nuestro patrimonio paisajístico. Como ya hemos podido analizar, la Subbética Cordobesa es un territorio que ofrece unas perspectivas, horizontes, paisajes dignos de admirar y proteger. Sin embargo, muchas de estas cualidades se “olvidan” cuando entran en juego otros factores, como la expansión económica. Adelanto que por suerte el caso que vamos a analizar fue un mero “intento” y no llegó a más, pero es importante entender como el mal llamado progreso económico puede poner en duda cuestiones tan elementales.
Hace algunas semanas el Grupo Andaluz de Investigaciones Arqueológicas (GAIA) se hacia eco de una protesta publicada en el Diario Córdoba, donde se mencionaba la intentona de una empresa en activar la antigua cantera de caliza ubicada próxima a Rute El Viejo. La acogida por parte de la población no se hizo esperar y rápidamente aparecieron los primeros mensajes de preocupación. Y es natural, ya que, la reactivación de esta cantera generaría un riesgo innecesario en nuestro patrimonio arqueológico, natural y paisajístico. Se de buena mano que el proyecto está desestimado por parte de nuestro ayuntamiento, y que su gestión fue rápida. No obstante, explico por qué hay que ser inflexibles con este tipo de actuaciones. Las empresas que tienen el interés de reactivar instalaciones de este tipo se dedican a tantear distintos puntos con posibilidades para comprobar el interés que generan. Es decir, ellos saben que la explotación del territorio provoca una serie de daños colaterales que pueden ser suplidos si la población cree que la instalación de la fabrica pueda suponer un revulsivo económico. Para nuestra suerte Rute cuenta con un tejido industrial importante y no es tan fundamental la explotación física de nuestro territorio. Esto ha ayudado en gran parte a que la idea se deseche con rapidez, al encontrarse con una firme oposición.
Sin embargo, pensemos en otras localidades con menos posibilidades donde exista un incipiente tejido industrial y en el cual el turismo apenas haya despegado. Es en estos puntos donde existen bastantes posibilidades de que termine por no ser desechada la reactivación de este tipo de instalaciones. En estos casos se suele apoyar la destrucción de una tipología patrimonial, en la típica expresión de: “generará riqueza y puestos de trabajo locales”. Al principio se toma con esperanza, no obstante, con el tiempo se termina por contemplar la triste realidad, solamente sirve para enriquecer los bolsillos de unos pocos a costa de la destrucción de un bello paraje. Es por todo esto que debemos ser mordaces a la hora de recibir este tipo de tentativas. El patrimonio cuenta con muchos enemigos sobretodo cuando se toma por un recurso en vez de por un bien. La actitud que ha tenido la ciudadanía ruteña ha sido ejemplar, notándose el profundo interés que tenemos en conservar nuestro medio natural. Espero que cuando se produzcan nuevas propuestas sin sentido, la ciudadanía vuelva a actuar y ha expresar su desacuerdo.

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