Los padres de una aldea de Rute se niegan a que sus hijos vuelvan al mismo colegio que se inundó en septiembre

Padres de alumnos a las puertas del colegio de Llanos de Don Juan

Padres de alumnos a las puertas del colegio de Llanos de Don Juan

Tras las vacaciones navideñas, la fecha prevista para el regreso a las clases era el 8 de enero. De nuevo,  los escolares volvían a las aulas con renovadas ilusiones y prestos a abordar un nuevo trimestre. No ha sido así para los alumnos del Colegio Público “Blas Infante” de Llanos de Don Juan, que se han quedado en casa. Han sido sus padres los que, de forma mayoritaria, a primera hora de la mañana se encontraban en las puertas del colegio para manifestar su absoluta disconformidad por las decisiones adoptadas por la delegación de Educación, que implican que sus hijos tengan que volver a su  antiguo colegio. Las tormentas del 21 de septiembre inundaron esta escuela  rural,  provocaron  el derrumbe de un muro de varios metros de altura y el agua penetró en las aulas hasta alcanzar más de un metro de altura. Los padres siguen “preocupados” y sienten que no son “escuchados”.

Tanto desde la delegación de Educación como desde el Ayuntamiento de Rute se han mostrado por la labor de construir un nuevo colegio. Sin embargo, eso lleva su tiempo. Mientras tanto, desde la administración se ha decidido arreglar el antiguo colegio para evitar que los niños sigan distribuidos en varios edificios públicos. Sin embargo, esta opción no gusta a los padres, quienes reconocen que el antiguo colegio se ha remozado, “pero continúa siendo inseguro”. Para ellos la solución pasa por ubicar a sus hijos en aulas portátiles mientras se construye otro. De hecho, han realizado gestiones con algunos vecinos de la aldea  para que éstos cedan los terrenos donde situar las aulas portátiles.

El presidente del AMPA, Juan Montes, ha mostrado a los medios de comunicación los escritos dirigidos a la delegación de Educación, pidiendo que pongan esas aulas portátiles y aseguran que la única respuesta obtenida hasta el momento es que “estudiarán el caso”. Los padres piensan mantener esta actitud hasta que reciban una respuesta positiva por parte de la delegación. Solicitan un escrito oficial en el que se les comunique que se pondrán las aulas portátiles. Prefieren para sus hijos aulas portátiles antes que volver al antiguo colegio. No están dispuestos a que sus hijos vuelvan a un lugar que “inseguro”. Además, afirman que no tienen constancia técnica de que “no existe peligro para su hijos”.

Una madre, notablemente afectada, dice que “no es justo” que tengan que estar con esta preocupación, ni teniendo que ir al colegio por sus hijos cada vez que cae una gota, por  temor de que les pueda pasar algo. Esta mujer ha mostrado su decepción con la delegada de Educación, Antonia Reyes, pues pensó que “iba a actuar como madre y lo está haciendo como política”. Ahora, los padres están pendientes de la respuesta de la delegación de Educación aunque, de momento, sus hijos seguirán sin ir a clase.

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