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En estas fechas ultiman sus novedades para atraer el máximo número de visitas durante estos meses
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Aunque en las primeras semanas se cierra un rato a mediodía, los museos se pueden visitar todos los días
La campaña de Navidad tiene una fecha oficiosa de arranque en Rute. Con el puente del Pilar, los museos gastronómicos del municipio abren sus puertas. Al mismo tiempo, a nivel municipal se intensifican las reuniones y se atan los cabos finales, con las últimas ferias temáticas de la temporada a las que se acudirá. A la vez que los museos, la Oficina de Turismo abre y prepara el calendario para un reguero de visitas que irá en aumento conforme pasen las semanas. Para los más madrugadores las instalaciones de estos museos ya se pueden visitar. De momento, se toman una pausa a mediodía, aunque sus responsables son conscientes de que en las semanas más intensas de la campaña no habrá tregua ni siquiera en ese tramo del día. Con esa salvedad en estos primeros compases, desde primera hora de la mañana y hasta última hora de la tarde, ya se pueden ver las novedades de temporada en esos museos; unos museos que trascienden el ámbito de los dulces navideños y dan cabida al resto de productos que han hecho de esos “Sabores de Rute” que han alcanzado fama internacional.
Al hablar de los museos navideños, desde hace unos años Galleros Artesanos y Productos Garrido van de la mano, después de que Galleros adquiriera la empresa decana del sector en el municipio. Sin embargo, cada una mantiene sus señas de identidad. Entre otros aspectos, se ve en sus museos. Galleros sigue reinventando su belén de chocolate, el más grande de España. Desde hace algún tiempo cada año se elige una ciudad como eje temático. Tras recorrer capitales andaluzas como Córdoba o Granada, en esta ocasión se ha abierto el horizonte para recrear las siete nuevas maravillas del mundo. La otra novedad significativa es la materia prima. Hasta ahora se había trabajado con chocolate, negro o blanco, y mazapán. El gerente Jorge Garrido explica que en esta edición se han decantado por el chocolate con leche. Durante cuatro meses, cinco personas se han dedicado a su confección. El resultado es espectacular en rincones del belén como el que recrea los jardines de Babilonia o la muralla china. Para Garrido, ha habido una dificultad añadida, como ha sido el hecho de que, con monumentos tan distintos y lejanos entre sí, el belén tenga uniformidad. Como ocurre con el belén de chocolate, en Productos Garrido estrenan material. En este caso, han trabajado por primera vez con el merengue. Ha sido la materia prima elegida para el País de los Cuentos. Es el nombre que se ha elegido para esta novedad donde se pueden contemplar personajes como Blancanieves o Peter Pan. Jorge Garrido está muy satisfecho de este rincón infantil, que espera haga las delicias de los más pequeños.
La otra empresa de referencia en nuestros dulces de navidad, La Flor de Rute, también tiene ya abiertas sus puertas. Y como no podía ser de otra manera, ha incorporado novedades a su Museo del Azúcar. Aparte de personajes famosos y carismáticos como los pintores Salvador Dalí o Picasso, el museo se ha caracterizado por su recreación de monumentos emblemáticos. Tras recorrer toda Andalucía, se empezó a apostar por monumentos internacionales. Ese recorrido lleva este año a París, con la Torre Eiffel. De reproducirla en azúcar se ha ocupado el propio gerente de La Flor, Juan José Garrido, que ha dado un relevo natural al maestro catalán Lluís Muixì, autor de las primeras esculturas. Un cartel del monumento parisino permite comprobar la fidelidad de la recreación hasta el más mínimo detalle. Desde hace unos años el museo se completa con un rincón dedicado al mundo del fútbol. Incluye la Copa del Mundo conquistada por la Selección Española y los escudos de algunos equipos andaluces, todos hechos en azúcar. Este año se ha añadido el del Sevilla, igualmente elaborado por Juan José Garrido. A largo plazo, como se hiciera con los monumentos, ha adelantado que la idea es que los ocho equipos andaluces de capitales estén representados.
Junto a los mantecados y polvorones, en Rute la campaña de Navidad está unida al que es el otro producto más representativo del pueblo, el anís. De hecho, el Museo del Anís de Destilerías Duende fue pionero en promover iniciativas que captaran la atención y el interés de los turistas. En esta campaña sus instalaciones cambian radicalmente de imagen. Según explica su responsable, Anselmo Córdoba, se evoluciona hacia un aire “más industrial” que marcan las nuevas tendencias. Esto no significa que se renuncie a los rasgos distintivos del museo. Al contrario, la decoración potencia más si cabe todos los elementos que participan en la elaboración del aguardiente, reciclándolos y dándoles un nuevo sentido. Así, los palés o las cajas de madera donde se distribuía el anís hasta hace muy poco se convierten en motivos decorativos, incluso en el belén. Se combinan con otros elementos insólitos como cabezudos. Incluso se han reutilizado las botellas de cristal para simular las clásicas “lágrimas” de una lámpara de inmensas dimensiones que corona una de las salas. El resultado final es que el visitante recorre un museo dedicado al anís sin perder de vista todo lo que rodea a la fabricación del producto.
Tradición y modernidad aúna también, pero en otro contexto, Anís Machaquito. Sus responsables han decidido premiar a través de las redes sociales las instantáneas que se hacen quienes visitan sus instalaciones. Según ha explicado su actual gerente, Rafael Reyes, un nombre emblemático dentro de la firma, los turistas pueden compartir sus fotos en la página de Facebook de Machaquito. Terminada la campaña, habrá premios para las tres que hayan recibido más pinchazos de “Me gusta” por parte de los usuarios. De esta manera, explica Reyes, se da oportunidad de que la gente difunda las fotos que ya se hacían al venir. Junto a esta iniciativa ligada a las nuevas tecnologías, se han rescatado piezas que forman parte de la historia de la destilería, como una máquina envasadora de mediados del siglo pasado. El gerente ha indicado que se van a incorporar algunas piezas más en las próximas semanas.
A estos rincones emblemáticos del municipio, esta temporada se suma una novedad: los Museos del Aguardiente Anisado de Rute y España. Se inauguraban a primeros de septiembre, con las dos galerías que recogen la historia del anís en nuestro pueblo y en el resto del país. Desde entonces, los museos han seguido creciendo. Su responsable Pedro Pérez Tapia pretende ir incorporando “casi a diario” alguna de las veinticinco mil piezas que tiene en su colección. De este modo, se renueva el interés del visitante por volver a los Museos. Siguiendo la misma filosofía de que haya dos galerías, una local y otra nacional, las novedades se suman en esa línea. Así, ya tiene expuesto un espejo de Anís Altamirano que data de 1933. Se pude ver junto a un mosaico de azulejos de 1880 o una partitura de un pasodoble dedicado a los consumidores de Anís Perla en Filipinas a finales del siglo XIX, entre otras curiosísimas novedades. Todo ello está despertando la curiosidad de los visitantes desde primera hora. Pese a que la campaña no ha hecho más que empezar, Pérez Tapia está muy satisfecho del arranque de su primera temporada.
Y aunque no forman parte de forma exclusiva de las mesas navideñas, las chacinas de Rute contribuyen a configurar lo más distintivo de nuestra gastronomía. Por eso, las empresas locales del sector ultiman su oferta para estas fechas. De forma paralela, están poniendo a punto sus museos temáticos. Tras la buena acogida del año pasado con su belén, en el Museo del Jamón de Jamones Rute se ha puesto la vista en el propio pueblo. Pablo Jiménez, de la tercera generación de la familia, ultima los preparativos de un belén hecho de forma manual dedicado a Rute. Con materiales como arcilla o cartón, está terminando la recreación de los rincones y monumentos más emblemáticos del municipio. Otro tanto ocurre en el Museo de las Chacinas, de Gloria e Hijos. Después del éxito que ha supuesto en los dos últimos años la fabricación de un salchichón gigante, en esta ocasión se unen los dos conceptos de esas ediciones: la pieza más larga y la más gruesa. El resultado es el salchichón más grande, una pieza de trescientos kilos que se puede ver desde el fin de semana. Como el resto de museos ruteños, las puertas de estas dos instalaciones están abiertas para que el visitante recorra sus dependencias.