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Tanto el temático de la feria como el del Domingo de Piñata han puesto de manifiesto el tirón popular de esta celebración y la imaginación para disfrazarse
¡Ya es feria en Rute! Al menos lo ha sido durante el primer fin de semana de marzo, al mismo tiempo segundo sábado de Carnaval. Fue la opción más votada entre las tres alternativas propuestas por la delegación de Festejos del Ayuntamiento para el pasacalles temático. La elección ha confirmado que la imaginación popular a la hora de buscar los tipos más originales es prácticamente ilimitada. Entre la riada multicolor pudieron verse desde los trajes flamencos a cualquiera de las atracciones que se pueden disfrutar en mayo o agosto en el Paseo del Fresno. No han faltado ni el tiro al blanco ni la rana ni los coches de choque. Por haber, había hasta gente literalmente para comérsela, caracterizada como el típico algodón de azúcar.
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Tampoco faltó colorido ni ingenio en el pasacalles del Domingo de Piñata. Aunque, por sus propias características, es más heterogéneo que el de la víspera, por las calles de Rute volvieron a verse grupos temáticos y a veces complementarios, como las hormigas y los correspondientes apicultores. La fiesta no tiene edad y da cabida desde bebés que van ya disfrazados con sus progenitores en el cochecito a los mayores del Hogar del Pensionista emulando un “Saloon” del lejano oeste.
Los dos días la multitud contó con la animación musical propia para la ocasión. En ambos casos acompañaron con sus sones la batucada Arte Samba y las dos charangas de Rute, Los Piononos y Silosé Novengo. No sería la única música que se pudiera disfrutar en vivo a lo largo de las dos jornadas. El sábado, en el Fresno, punto de partida y final del recorrido, abrió boca el grupo de versiones Súper-Cassette, y como fin de fiesta actuaron Maki y María Artés. El domingo el pasacalles comenzó y terminó en el Paseo Francisco Salto. Allí el turno fue para otro grupo de versiones, Sesión Golfa. De esta forma, ha echado el telón una edición especialmente esperada de una de las tradiciones más arraigadas en Rute, tras lo limitado que resultó todo el año pasado por la pandemia.
