Los burros de la reserva de Rute asisten a un concierto de música folk

Josephine y su banda interpretan su repertorio  pensando en los burros

Josephine y su banda interpretan su repertorio pensando en los burros

Dentro del proyecto “Música en la Naturaleza”, la Asociación de Defensa del Burro, Adebo, congrega en Rute a músicos y compositores de diferentes estilos en la serranía ruteña para que toquen ante un público muy especial: los burros. En esta ocasión han sido Josephine Foster y The Víctor Herrero Band los que han ofrecido un concierto de música folk a estos nobles animales, dado que, según el promotor de la iniciativa, Pascual Rovira, los burros son “grandes melómanos”.

En 1931 Federico García Lorca y la bailaora “La Argentinita” recopilaron y grabaron varias piezas de la tradición musical del sur de España. Ahora la cantautora norteamericana Josephine Foster hace una interpretación de este cancionero, en su último disco “Anda jaleo”. Foster y su banda interpretaron durante más de media hora, con instrumentos acústicos y al son de la guitarra portuguesa, las castañuelas y el cajón, temas destacados de su último disco, como es el caso de “Los cuatro muleros”.

El concierto tuvo lugar este sábado día 13 de noviembre. A él acudió un público muy escogido, aunque fueron los burros los principales espectadores. Para Josephine la experiencia fue “maravillosa e inigualable”. Víctor Herrero comentó que a ellos les “encanta tocar en la naturaleza”. Les gusta que la música forme parte de lo cotidiano y no esté premeditada a un lugar y contexto único. Según Herrero, se trata de poder ofrecer y hacer música “en cualquier entorno, momento y de cualquier manera”.

Entre los burros asistentes estaban “Calandria”, que es la burrita apadrinada por los Príncipes de Asturias, o “Mandela”, el burro que le dio un beso a la Reina Doña Sofía. El acto finalizó con el bautizo de “Velluda”, hija de “Calandria”, que fue apadrinada por Josephine Foster y su banda. Además, hubo un hermanamiento simbólico entre Federico García Lorca y Miguel Hernández. Según Rovira, estos dos grandes poetas españoles “no tenían mucha sintonía en vida”. Para ello, se contó con el beneplácito de la Fundación de Federico García Loca y la familia de Miguel Hernández.

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