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Coinciden en que las medidas de ayuda están generando dudas, muchos se sienten desprotegidos y otros no entienden que se les deniegue la prestación por cese
Juan Manuel Aguilar – Economista
Paqui Roldán – Pizzería El Borne
Dolores Amo – Diputada de Desarrollo Económico
Representantes de un sector tan amplio en Rute como el de los autónomos han mostrado su preocupación por la crisis del coronavirus. Muchos han cesado su actividad y otros la han visto muy reducida. Como autónomo responsable de una asesoría, Juan Manuel Aguilar admite que es una etapa difícil. En cuanto a las medidas del Gobierno, se ha centrado en la prestación por cese. Equivale al 70% de la base reguladora y no pagar el seguro correspondiente al tiempo en que dure. Tienen derecho los establecimientos obligados a cerrar y los que, sin estarlo, han visto reducida su facturación en un 75%.
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Carlos Pérez, de Maribel Novias, ha señalado que en su comercio, además, la crisis ha llegado en una de las épocas de más facturación. Dejan de ingresar pero mantienen los gastos habituales. Ha tramitado la prestación extraordinaria por cese, aunque de momento todavía no tiene constancia de que se le haya concedido. En cualquier caso, piensa serán los propios autónomos los que tengan que salir a flote.
En el caso de Eva Díaz, de Pekebank, su negocio se asimila al de establecimientos que podrían abrir. Sin embargo, la actividad ha decaído. Ha solicitado la prestación por cese, pero aún no se le ha concedido y mientras debe seguir pagando unos gastos mínimos. Por eso, ve las ayudas insuficientes. Además, siguen sin tener claro cuáles a qué ayudas pueden acogerse. Como representante de ACER, ha pedido al pueblo de Rute que apoyen al comercio local cuando la situación se normalice.
Matilde Flores, responsable del comercio de moda del mismo nombre, ha señalado que la prestación por cese le ha sido denegada. La causa dada es que, aun siendo un negocio de moda, se entiende que no ha de cerrar. Se siente estafada y no comprende que una tienda de ropa tenga que abrir en estos días. Aguilar le ha confirmado que por norma debería estar cerrado y la ha animado a que presente una reclamación.
Paqui Roldán, de Pizzería El Borne, ha explicado que, aunque permanecen abiertos, la situación es complicada. Están en servicios mínimos, con un tercio de la actividad habitual. No hay clientes presenciales sino que reparten a domicilio, y hasta esos pedidos han descendido. Por ello, la plantilla se ha reducido de seis a tres personas. Se encuentra con que no tienen derecho a nada, puesto que, al ser actividad esencial con el reparto a domicilio, deben seguir prestando sus servicios.
La delegada de Desarrollo Económico, María Dolores Amo, se ha referido al programa de ayudas para autónomos de la Diputación. Complementa al del Estado y su cuantía se eleva a novecientos cuarenta y siete mil euros, con un importe de entre quinientos y seiscientos para cada beneficiario. Aunque las circunstancias varían entre quienes han cesado por completo su actividad y los que no, en todos los casos el volumen de trabajo ha mermado. Por ello, se quiere contemplar los diferentes supuestos.