Editorial octubre 2018

Llegadas estas fechas, cada año se presentan las actuaciones que se llevan a cabo en Rute con cargo al Plan de Fomento del Empleo Agrario, Profea. Desde el PSOE siempre se han defendido estas actuaciones en un doble sentido. En multitud de ocasiones hemos escuchado al alcalde Antonio Ruiz manifestar que con este tipo de programas se contribuye a afianzar a la población a las zonas rurales. A través del Profea se contrata a personal que con anterioridad ha trabajado en el campo. De esta forma, estos trabajadores pueden completar el número de peonadas que les permite cobrar el subsidio por desempleo. Por tanto, no se ven obligados a emigrar a otros lugares o capitales de provincia en busca de trabajo.
Por otra parte, con los fondos Profea la administración local puede llevar a cabo inversiones y mejoras en el municipio. Se acometen así actuaciones de arreglo y embellecimiento de calles, renovación de la red de saneamiento y alcantarillado, y otras obras de mejora y mantenimiento de edificios e infraestructuras municipales. Sin embargo, este tipo de fondos también han sido muy criticados. A nivel local, en ocasiones, hemos escuchado a los representantes del Partido Popular quejarse por la calidad de estas actuaciones, el tiempo que se tarda en llevarlas a cabo o el mayor coste que suponen. Y es que no cabe duda de que dichas obras en manos de personal especializado son más rentables y económicas.
Ahora, en el último trimestre del año conocemos la actuaciones que se van a llevar a cabo con cargo a los fondos Profea 2018. Las obras tendrán que estar acabadas para junio del próximo año. Entre las previstas, se incluye una intervención que se va a llevar a cabo en una de las calles comerciales del municipio: la Del Pilar. Al margen de los pros o los contras de estos fondos Profea, nos queremos detener en una actuación que es vital para el comercio de Rute. Las modas y los gustos varían. También la forma de consumir y comprar ha cambiado notablemente en las últimas décadas. Por eso, los pequeños y medianos comercios no sólo tienen que hacer frente a las grandes superficies sino que deben afrontar ese cambio de hábitos, y las masivas compras online que se hacen de todo tipo de productos. De ahí que cualquier iniciativa que contribuya al fomento del comercio local y de cercanía deba ser aplaudida. Pero también ha de materializarse de forma concienzuda y sin ningún tipo de improvisación. Hace casi veinte años en Rute hablábamos del Centro Comercial Abierto, de la posibilidad de peatonalizar determinadas zonas y de las diferentes subvenciones que se concedían para mobiliario urbano y comercial. Sin embargo, siempre ha habido reticencias por parte de los vecinos e incluso de algunos comercios por temor a quitar aparcamientos.
El resultado es que las inversiones que se han llevado a cabo de miles de euros no han conducido hasta el momento a una zona más transitable, sin obstáculos y por la que apetezca pasear. Por eso, ahora que se anuncian mejoras de la calle del Pilar con inversiones iniciales de más de setecientos mil euros no cabe otra que la coordinación entre comerciantes, vecinos y el Ayuntamiento para culminar una actuación de la que sentirnos orgullosos y de la que poder disfrutar al menos en los próximos veinte o treinta años. Ha de ser una actuación que redunde en la estética del pueblo, pero también en la dinamización del comercio en Rute.

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