Las jornadas de graduación echan el cierre a un año académico atípico

  • Se han celebrado manteniendo los protocolos sanitarios y sin la presencia de las familias, y se han suspendido las tradicionales fiestas de fin de curso

Aunque se han llevado a cabo con limitaciones, este año se han recuperado las fiestas de graduación

Balance del curso escolar en los colegios de Rute

Llega a su fin el primer curso escolar “post-Covid”. A mitad del ejercicio pasado, la pandemia y el confinamiento trastocaron los planes de estudios y la comunidad docente tuvo que “improvisar” las clases telemáticas sobre la marcha. En el que ahora concluye se aplicaron desde primera hora unos protocolos para frenar la propagación del coronavirus. Así se ha desarrollado un curso que aún dista de la normalidad, pero más cercano que el anterior a la dinámica habitual. Las mismas medidas de estos meses se han mantenido en unas fiestas de graduación igualmente atípicas, sin la presencia de las familias y sin el esto de festejos que echan el telón al año académico.

  • El esfuerzo de toda la comunidad educativa y la experiencia del año pasado han permitido que el presente curso se desarrolle con cierta normalidad

Lo apunta José María Henares, director del Colegio Público Los Pinos. Aunque esta vez todo estaba planificado, por fortuna, no ha habido que recurrir a la enseñanza virtual. Eso sí, asegura que tenían el temario y las plataformas online a punto por si la incidencia sanitaria empeoraba. No ha sido así. A lo largo del año ha habido un total de 36 “avisos” de menores con contacto estrecho, que al final no dieron positivo. Tan sólo en la clase de Infantil de cuatro años la profesora dio positivo y sus pupilos tuvieron que guardar cuarentena. Por lo demás, aunque pueda haber algún niño con alguna asignatura pendiente, en líneas generales hace un balance “muy positivo”. En especial, destaca a los 18 integrantes de sexto, que terminan su etapa de Primaria y pasan al instituto.

También todos los de sexto de Ruperto Fernández Tenllado han aprobado. En este centro, como recuerda su director, Jesús Suárez, aparte de casos aislados, sí tuvieron que confinar alguna clase. No obstante, la experiencia del año pasado ha servido de rodaje para éste. En cierto modo, considera que este ejercicio tiene algo de “curso puente” entre las circunstancias del anterior y la ansiada normalidad para el próximo. Mientras llega, cree que en todas partes se ha aplicado “el sentido común”. Sin perder de vista que lo académico ha estado condicionado por lo sanitario, también hace un balance muy satisfactorio. Cree que ha sido posible gracias a la suma de toda la comunidad educativa. Desde el año pasado, docentes, familias y en particular los menores, tomaron conciencia de que había que redoblar esfuerzos.

En las aldeas no ha habido fiesta de graduación. Según Ildefonso Garrido, jefe de Estudios del Colegio Público Rural (CPR) Blas Infante, que agrupa a los escolares de Llanos de Don Juan y Zambra, no se ha querido poner en riesgo el cuidado de todo un año. Y es que este centro ya vio más alterada si cabe su dinámica cuando a principios de curso se reubicó a parte del alumnado de Zambra en la biblioteca. Después, tras las vacaciones de Navidad, hasta cinco menores de la aldea tuvieron que quedarse en casa por dar positivo, aunque fueron casos aislados y no hubo que cerrar la clase. A ello se suma la dificultad añadida de falta de cobertura en Los Llanos, de cara a la enseñanza telemática, que al final no ha sido necesaria. Con esos condicionantes, Garrido considera que el curso se ha desarrollado “con cierta normalidad”.

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