Las III Escuelas de Padres permitirán a los progenitores de Rute compartir experiencias en un único espacio de encuentro

El psicólogo Francisco López confía en que haya más padres de  adolescentes implicados

El psicólogo Francisco López confía en que haya más padres de adolescentes implicados

Por tercer año consecutivo se van a llevar a cabo en Rute unas escuelas de padres. De nuevo van a estar impartidas por el psicólogo Francisco López. La iniciativa surge del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Rute y el Instituto Provincial de Bienestar Social. Comenzarán en la primera semana de febrero y se van a prolongar durante ocho sesiones de carácter semanal y de dos horas de duración cada una. Habrá un grupo de mañana, de nueve y media a once y media, y otro de tarde, de seis a ocho. Como novedad este año, en lugar de desarrollarse en los diferentes centros, todas tendrán lugar en el Edificio de Usos Múltiples.

Además, para los grupos de tarde se dispondrá de un servicio de guardería allí mismo. La concejala Ana Lazo ha subrayado la necesidad de que los padres tengan “una pequeña guía” en la educación de sus hijos. A la hora de abordar la resolución de conflictos, Lazo confía en que esta vez haya una mayor participación de los padres de alumnos del Instituto, es decir, los que atraviesan el período de la adolescencia. Sorprendentemente, a diferencia de los de alumnos de Primaria, el año pasado no se inscribió ninguno de estos padres.

Aunque las sesiones se van a celebrar en la calle Priego, antes se han organizado sendas charlas introductorias en los cuatro centros escolares de Rute. Dos el día 28 en Fuente del Moral y en Ruperto, a las cinco de la tarde y a las siete. Y las otras dos el jueves 29 con esos dos mismos horarios en Los Pinos y el Instituto. Para acudir a estas charlas no es necesario estar inscrito en las escuelas. En cuanto a la inscripción en sí, tiene un coste de 10 euros. Se puede realizar en las AMPAS de estos centros, en las oficinas de Juventud y Servicios Sociales, así como en el propio grupo.

El teniente de alcalde, José Macías, ha explicado que este año se ha optado por concentrar todas las sesiones en el Edificio de Usos Múltiples. La idea es que todos los padres puedan intercambiar sus experiencias y sus problemáticas. Junto al cambio de ubicación Macías ha destacado como novedades la distribución del temario en dos bloques de carácter anual. Además, este temario será entregado por escrito a los participantes.

En relación con este temario, el monitor Francisco López ha señalado que es el fruto no sólo de su experiencia profesional. También le han influido mucho las inquietudes que a lo largo de estas ediciones le han ido trasladando los propios padres. López admite que como profesional se parte de una serie de ideas “y los padres te llevan a la realidad, los problemas del día a día”. Respecto al hecho de que los padres de los adolescentes sean los que menos se implican en estas iniciativas, entiende que en muchas ocasiones estén “decepcionados” de ver que no consiguen ayudar o que el hijo no se deja.

Entonces se produce un proceso “de alejamiento mutuo”. En este sentido, el psicólogo citó una frase ejemplarizante: “Quiéreme más cuando menos lo merezco, que es cuando más lo necesito”. En lugar de cumplirse, observa que en el momento en que estos jóvenes precisan de más apoyo, “el deterioro de la relación ha hecho que se distancien bastante”. Partiendo de esta base, López cree que la escuela de padres no es “un catálogo de soluciones”. Sin embargo, independientemente de los consejos que pueda aportar el monitor, resulta de gran utilidad compartir y recibir el apoyo de otros padres.

No constituye una solución. Pero al menos se comprueba cómo todos se encuentran en situaciones muy similares. Por encima de todo, las personas son “seres sociales” que necesitan espacios de encuentro para “ver que lo suyo no es una excepción”. Como especialista, insiste en que vivimos en una sociedad “muy individualista, y pensamos que los problemas se pueden solucionar en casa”. Pero hay grandes problemas sociales “y un padre llega hasta donde llega”. Los niños salen a la calle, se encuentran con otros y con un ambiente que les influye “poderosamente”. De ahí que esta escuela pretenda crear “algo más colectivo”.

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