Las empresas de Rute reajustan su plantilla y su producción por las medidas contra el coronavirus

  • En función del sector al que se dedican y su incidencia en la producción, el ERTE aplicado por cada una afecta desde un tercio de la plantilla a casi su totalidad

Representantes de algunas de las empresas ruteñas con más empleados

 Manuel Córdoba – Gerente de Samafrava

 Gregorio Cruz – Gerente de Portaequipajes Cruz 

  Carmen Perea – Gerente Grupo AP

  Francisco Córdoba – Gerente de Innovaciones Subbética

  Juan de Dios Pérez – Gerente de Vidrierías Pérez Campos

  Juan Antonio Arcos – Gerente de Proquisur

Las medidas del Gobierno central de confinamiento y paralización de la producción para controlar el coronavirus, han calado en todo el empresariado ruteño. Sin embargo, el alcance varía según su actividad sea de las consideradas “esenciales”. El ejemplo más claro es Samafrava. Según su gerente, Manuel Córdoba, se mantiene la línea de alimentación, pero el suministro a bares o comercios “se ha reducido a cero”. De los 109 trabajadores de la empresa, 33 están en la línea de bolsas de plástico. Se les planteó que era inviable mantenerlos mientras durara la situación. Aun así, el ERTE para un tercio de la plantilla queda “muy lejos” del 45% en que se ha reducido la producción.

  • En general, ven difícil hacer planes más allá de Semana Santa y temen que se tardará en recuperar los niveles anteriores al confinamiento

Gregorio Cruz, gerente de Portaequipajes Cruz, fue de las primeras personas en Rute contagiadas con coronavirus. Este mazazo obligó a cerrar con antelación. Cruz ha dado la cara y ha apelado a esperar a que pase esta crisis y analizar con perspectiva. En su firma hay 70 empleos directos, y otros 120 indirectos a través de subcontratas. Pese a no haber trabajado en marzo, han cobrado al completo la nómina. Es una situación dramática, porque algunos clientes lo primero que hicieron fue suspender los pagos y solicitar un aplazamiento. Tampoco ha encontrado ayuda, lamenta, en la administración. De hecho, califica de “nefasta” la actuación del vicepresidente Pablo Iglesias.

En el caso de Roox y el Grupo AP, su responsable, Carmen Perea, ha recordado que al tener clientes como Coca-Cola, vinculados a su vez a la hostelería, toda la producción del sector se ha paralizado. En lo que se refiere a la rama industrial, el ERTE afecta a un centenar de personas. Mantienen con tele-trabajo la rama que asesora laboralmente, pero el 99% de la plantilla está afectada. Los empleados han cobrado en marzo la parte proporcional y ahora se está gestionando ahora la prestación por desempleo.

En Innovaciones Subbética, dedicada a las bolsas de papel, como ocurre en Samafrava con el plástico, la producción se ha detenido o no en función de que esté enfocada a la alimentación. De 103 empleados han pasado a 75. También se mantiene el etiquetaje. Su gerente, Francisco Córdoba, teme que las medidas del Gobierno “generen un reguero de destrucción de empleo”. Cree que se deberían haber parado las obligaciones de pago, porque ello lleva a “la asfixia absoluta”. Su facturación ha caído al 35% y tienen trabajo para unas dos semanas. Después, si no revierte la situación ve complicado que sigan.

Las ventas de Vidrierías Pérez Campos han caído al 40%, aunque se mantiene la línea dirigida al sector de la alimentación. Con todo, pueden afrontar el futuro más cercano por los pedidos pendientes. Además, han podido hacer “autogestión” y, gracias al tele-trabajo, aún no han tenido que recurrir a ningún ERTE. Su gerente, Juan de Dios Pérez, tiene claro que esta crisis marca un antes y un después a nivel económico y empresarial. Pero por ahora no se atreve a mirar más allá del horizonte de la Semana Santa.

Por último, Juan Antonio Arcos, gerente de Proquisur, ha señalado que han reducido un 90% de la producción, pero se han visto obligados a aplicar un ERTE a 18 personas de puestos directos, de los 30 de plantilla, más otras 15 de personal indirecto. Básicamente atienden pedidos de exportación, donde difiere la demanda según el confinamiento de cada el país. Cree que las empresas tardarán en recuperar el músculo que tenían antes de la crisis. En la suya, no barrunta un período menor de dos años.

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