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Durante la colecta de noviembre ha habido la mitad más que en la visita del Centro Regional de Transfusión Sanguínea el año pasado en las mismas fechas
Los datos sobre la reciente visita a Rute del Centro Regional de Transfusión Sanguínea confirman una tendencia apuntada en los primeros meses de la crisis sanitaria, pero truncada en agosto. Es decir, en las dos oleadas de contagios el miedo al coronavirus no ha disminuido las donaciones de sangre, más necesaria si cabe. Al contrario, en Rute han aumentado de forma notoria, según se desprende de la última visita del centro, el 12 y el 13 de noviembre. Comparada con la colecta del año pasado en el mismo mes, los datos son elocuentes. En esos dos días pasaron por el Centro Cultural Rafael Martínez-Simancas 154 donantes, por los 111 de noviembre de 2019. Ello ha dejado un total de 149 donaciones efectivas, la mitad más que las 98 del año pasado. De igual forma, se duplican los donantes nuevos, que han pasado de tres a siete. También se han incrementado, aunque en menor medida, las donaciones de plasma, de cinco a ocho.
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De por sí, los datos del Centro Regional de Transfusión Sanguínea avalan que nuestro pueblo está desde hace años por encima de la media provincial, que a su vez es más alta que la media andaluza y española. En plena pandemia, la respuesta ha sido de nuevo ejemplar. El llamamiento en los días previos de los responsables del centro sobre las necesidades acuciantes de sangre en estos tiempos ha hecho efecto. Ahora la ciudadanía ruteña se ha concienciado hasta el punto de que los resultados han aumentado en un cincuenta por ciento respecto a la misma visita de la unidad móvil de hace justo un año.
Ya había ocurrido en mayo. Fue la segunda de las cuatro visitas anuales del centro a Rute, y la primera tras declararse la pandemia de la Covid-19. En ese caso, hubo 155 donantes, con 148 donaciones efectivas. La cifra sobrepasaba con creces a la de 2019, cuando los donantes se quedaron en 115, con 97 donaciones efectivas. Además, esa vez no hubo donantes nuevos, mientras que en mayo seis personas donaron por primera vez.
La excepción de este período a esa corriente solidaria se produjo en agosto. En un mes crítico por las vacaciones, la tendencia no ha cambiado, recién terminada la desescalada que había arrancado a finales de mayo. Ello dejó los donantes totales en 128, frente a los 170 de 2019, y las donaciones efectivas se redujeron a 112, por las 160 de un año antes. También fueron menos los donantes nuevos, tres ahora y cinco el año pasado.
