La vida florece y se abre paso en la Vera Cruz

  • Este entrañable barrio de Rute vive en sus Fiestas de Mayo su transformación anual del recogimiento de la Semana Santa a lo florido de este mes

  • El concurso de cruces y la procesión de la Virgen de la Sangre y la Santa Cruz pusieron colofón a unos días marcados como un triunfo de la vida en el calendario litúrgico

En lugar de las antorchas del Domingo de Ramos, el tramo final del recorrido contó con la iluminación de bengalas

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La cruz del Cristo de la Misericordia ha vuelto a ganar el primer premio

Si hay un barrio en Rute asociado a las tradiciones, en especial las cofrades y religiosas, ése es el de la Vera Cruz. Las dos palabras dan nombre al barrio en sí, a la cofradía y a la ermita en torno a la cual creció. Era en su origen además la salida directa de Rute a Granada y ese nexo ha permanecido. La ciudad de la Alhambra es el referente de las cruces de mayo y algo de eso se palpa en el barrio ruteño. Frente al recogimiento que representa la Semana Santa, la misma cofradía es capaz de reinventarse en Gloria para festejar esa alegoría de la vida que se abre paso.

Como antesala del día grande, ese festival de color se plasma en el concurso de cruces. Nueve han participado en esta edición. La iniciativa, organizada por la cofradía y el Ayuntamiento, implica además la convivencia entre vecinos. Por segundo año ha ganado la que elabora en su casa de hermandad la cofradía del Cristo de la Misericordia. Su apuesta por recrear un patio cordobés les ha valido además para el accésit del concurso comarcal. Junto a la cruz, hecha con claveles rojos, se daba protagonismo al naranjo y a cuadros de imágenes religiosas hechos en punto de cruz por Rosario Rabasco. También se ha recordado que es el año de la Virgen de Fátima.

El segundo premio ha sido para Arapades, con una cruz elaborada por los usuarios con cucharitas de plástico pintadas. El entorno recreaba una feria, con tómbola y otras atracciones. El tercer premio ha recaído en la residencia de ancianos, que homenajeaban a Rute, desde figuras emblemáticas como el Canuto a nuestros productos más típicos. En categoría infantil, de las dos cruces que había, el primer premio ha sido para la inscrita a nombre de Francisco José Ramírez. Confeccionada con césped y rosas, tenía los adornos típicos de este entorno y curiosidades como una bicicleta antigua.

Ya el primer sábado de mayo tuvo lugar la procesión de la Virgen de la Sangre y la Santa Cruz. Como es costumbre, la Cruz fue portada por costaleras. El recorrido, centrado en el barrio, constató esa metamorfosis que se da cada año desde el Domingo de Ramos. Cambia el luto del manto de la Virgen por el grana, los cirios por cohetes y petaladas, las antorchas del final por bengalas y hasta las saetas son relevadas por los espontáneos “¡Vivas!” a la Virgen que lanza la gente.

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