La Semana Santa de Rute arranca con un tiempo casi veraniego, que podría prolongarse en los días siguientes

De nuevo, uno de los momentos más representativos en la Vera Cruz se dio con las dos imágenes subiendo en paralelo sólo con la iluminación de las antorchas
De nuevo, uno de los momentos más representativos en la Vera Cruz se dio con las dos imágenes subiendo en paralelo sólo con la iluminación de las antorchas.

Parece que este año va a ser posible. Desde hace tiempo las previsiones meteorológicas para la Semana Santa no eran tan optimistas como en esta ocasión. De las últimas ediciones de nuestra Semana Mayor, casi siempre se ha quedado alguna procesión sin salir. O como mínimo, ha visto su recorrido condicionado por la amenaza de lluvia. Las llamadas “abriladas” se la han “jugado” tantas veces a las hermandades de Pasión que es lógico el recelo que tienen. Pero esta edición no tiene pinta de que vaya a ser recordada de nuevo por la misma razón. Todos los pronósticos previos eran positivos y al menos así se confirmó en el arranque. Es más, a partir del Viernes de Dolores se ha vivido un tiempo casi estival en toda Andalucía, y por supuesto en Rute. Ese día sirve de punto de partida a los recorridos procesionales.

Si bien las estaciones “oficiales” comienzan el Domingo de Ramos, el Viernes de Dolores tiene lugar el Vía Crucis del Cristo de la Expiración, que organiza la hermandad del Abuelito. Antes incluso, se ha convertido ya en costumbre las procesiones infantiles que se llevan a cabo en el colegio Fuente del Moral. En cuanto al Vía Crucis, su recorrido fue algo más corto que en otras ocasiones (cada año se cambia), pero resultó suficiente para comprobar la novedad que presentaba. Por un lado, se ha restaurado la imagen del Cristo. Sin embargo, el cambio más significativo es que, al cabo de décadas sin hacerse, ha sido portado sobre parihuelas. Tras esta jornada previa, el Domingo de Ramos amaneció soleado, preludio de un día caluroso, más cercano a los del verano. La procesión de La Borriquita inauguró las estaciones en Rute a las doce del mediodía.

El recorrido de la imagen de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén dejó en la retina multitud de instantes. Algunos ya forman parte del imaginario popular, como el paso por la ermita de San Pedro o el Paseo Francisco Salto. Otros son muy recientes, de apenas dos años. Han bastado para calar entre la gente. Ocurre justo en la salida, desde el lateral de Santa Catalina por la calle Priego. La Borriquita enfila directamente la entrada de la calle Portugueses. Allí la esperan los ancianos de la residencia Juan Crisóstomo Mangas. La emotividad que despierta ese instante confirma el acierto de la cofradía con esta medida. Por lo demás, esta procesión ha permitido ver por primera vez en las calles de Rute los nuevos uniformes de la Agrupación Musical Santo Ángel Custodio. Otra imagen de la mañana llegó de manos de los más pequeños. No acaba de cuajar el hecho de que vistan de hebreos. En cambio, sí han sido bastantes los que han ido ataviados con las túnicas y los capirotes de nazarenos azules y blancos de la cofradía.

La Borriquita se encerró a las tres de la tarde y sólo tres horas después se abrían las puertas de la ermita de la Vera Cruz. Era el momento de la salida de Jesús Amarrado a la Columna y la Virgen de la Sangre. Hasta la fecha, era la procesión de Semana Santa de esta cofradía. Después vendrán las Fiestas de Mayo. Pero este año se suma la novedad del Cristo de la Vera Cruz. Hará su estación por primera vez el Viernes Santo, de cinco a ocho de la tarde. En cuanto a la procesión del Domingo de Ramos, contó con el magistrado y escritor ruteño Francisco de Paula Sánchez Zamorano como hermano mayor de la Virgen de la Sangre. Él y su esposa ejercen este cargo y, siguiendo la costumbre de la cofradía, repetirán en mayo. Con Jesús Amarrado a la Columna (y la Santa Cruz en mayo) lo harán el año que viene. Es decir, ahora les ha tocado a Francisco Ramírez y su mujer, hermanos mayores de la Virgen en 2014.

La comitiva contó con el acompañamiento musical de la banda de Cornetas y Tambores de María Santísima de las Penas, de Úbeda, y la Banda Municipal de Música “Manuel de Falla”, de Hornachuelos. El recorrido ratifica cada vez más el tino que tuvo la cofradía al adelantar la salida. Coincidiendo además con el cambio al horario de verano, la estación se hizo en buena parte con luz del día y deparó estampas vistosas, como la bajada por el Cerro con la puesta de sol. Al mismo tiempo, el adelanto en la salida permite que la procesión se encierre antes, algo agradecido por el público al ser el lunes día laborable. Es justo en ese tramo final cuando se vive el que probablemente sea el momento más emblemático. Las dos imágenes suben en paralelo hacia su ermita, con la única iluminación de las antorchas y al son de la marcha “Mi Amargura”. El cierre llegó con la estremecedora saeta cantada a los pies del Cristo por la mujer de un costalero.

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