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Esos documentos históricos del Obispado de Córdoba son una prueba manifiesta del culto y veneración del pueblo de Rute hacia la Virgen de la Cabeza
Con la resaca y la huella en la memoria de unas Fiestas en honor de la Virgen de la Cabeza que acaban de vivirse, varios miembros del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) se han trasladado hasta Rute para dar cuenta del proceso de restauración al que ha sido sometida la Morenita durante unos cuatro meses y medio aproximadamente. La Virgen fue trasladada a Sevilla, sede del IAPH, el pasado 18 de noviembre y regresó a Rute, el 7 de abril. La conferencia sobre la intervención que se ha llevado a cabo a la Virgen de la Cabeza tuvo lugar ayer 13 de mayo, en la parroquia de San Francisco de Asís.
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Como epílogo, el director general del IAPH, Juan José Primo Jurado, se refirió al “rigor académico y científico” con el que se ha llevado a cabo el estudio. Según dijo la restauración cuenta con tres protagonistas: “La Virgen de la Cabeza, que es la protagonista más absoluta, con una hermandad con más de 500 años de historia”. El pueblo es el segundo protagonista, como muestra de fervor y devoción hacia esta advocación del Cabezo, junto a sus representantes institucionales. Y finalmente, el tercer protagonista es el propio IAPH y la comisión de seguimiento que han velado por todo el proceso.
La restauración ha estado a cargo, apuntó el director del IAPH, de un equipo multidisciplinar de expertos en historia del arte, restauradores, químicos, biólogos, etc. El trabajo comenzó con la adquisición de un conocimiento profundo sobre la imagen, con objeto de hacer un diagnóstico y poder establecer la metodología más adecuada, explicó Araceli Montero Moreno, jefa del Área de Tratamiento de Bienes Muebles del IAPH. Para ello ha sido necesario llevar a cabo una valoración cultural y del contexto histórico, un diagnóstico sobre el estado de conservación y finalmente, programar la intervención.
En cuanto a la valoración cultural, Sarai Herrera Pérez, técnica en estudios histórico-artísticos, dijo que “la estancia de la Morenita, en Sevilla, les ha permitido llevar a cabo su restauración”. Pero también ha sido “una oportunidad única de afrontar unos estudios históricos artístico, desde una perspectiva científica”. De esta forma, la especialista ha determinado el valor funcional de una Virgen que fue concebida para ser venerada y para el culto. Según dijo “ese uso devocional, trasmitido de generación en generación, es el que ha permitido que la Virgen llegue hasta nosotros”.
La técnica habló del valor histórico y se refirió a “unos primeros testimonios documentales de la cofradía que giran en torno al año 1555”. Destacando, el doble valor histórico de la imagen. Por una parte, apunta Sarai, “María Santísima de la Cabeza es el testimonio de la fe y de la devoción que siente Rute por esta advocación Mariana”. Además, dijo que “la Virgen de la Cabeza constituye el núcleo, el corazón y es el referente en torno al cual la cofradía desarrolla la labor”. Una cofradía, dijo Herrera, con una trayectoria extensa y repleta de etapa y diferentes hitos.
La conferencia es el preludio de una futura memoria final que el IAPH entregará a la cofradía. De ahí, la labor de búsqueda y de fuentes documentales que han permitido a los técnicos enriquecer el contexto histórico relativo a la imagen. En este sentido, Sarai Herrera, dio a conocer unos documentos históricos que han aparecido en el archivo general del Obispado de Córdoba. Se trata de “un documento inédito” que refleja “la prosperidad de la cofradía y el vínculo devocional forjado a lo largo del tiempo”.
En concreto alude a un legajo, “muy interesante”, que data del 1 febrero de 1870. En dicho escrito consta cómo la cofradía solicita al obispo de Córdoba “la construcción de una ermita en la cima de la Sierra bajo la advocación de dicha Señora, colocando en ella su esfinge y dotándola de todo lo necesario para su decente culto”. Además, en ese mismo legajo aparece manuscrita la respuesta, emitida por el prelado, en la que se decide “dar licencia a la construcción de la ermita que se pretende llevar a cabo en el sitio y forma designado en los planos”.
La sorpresa, apunta Sarai, es que, junto al legajo, aparecen anexos los planos de dicha ermita futura. Un mapa que da información del futuro lugar de la ermita, de la distribución de la misma, de las dependencias anexas, de la fachada, e incluso consta “el proyecto de retablo que alberga una representación, muy sencilla, de María Santísima de la Cabeza”. Para la técnica ese documento es una “prueba manifiesta del cuidado, culto y veneración de la Virgen de la Cabeza del pueblo de Rute” en esa época.
Igualmente, el estudio tiene en cuenta el valor artístico y las características estéticas de la Virgen, pudiendo situar la imagen a finales del siglo XVI (en base a lo publicado por el catedrático emérito en Historia del Arte, Alberto Villar); su autenticidad, el valor iconográfico, de una “imagen venerada universalmente”; o el valor de identidad y el sentimiento de pertenencia que genera la Virgen de la Cabeza. Otro de los técnicos del IAPH, Carlos Peñuela, explicó cómo está constituida la imagen. Una imagen compuesta de cabeza, busto y brazos articulados y sobre una estructura de madera de candelero.
Según relató Peñuela, la imagen presentaba “daños muy significativos” provocados por el uso de alfileres, el humo de las velas, e incluso tenía restos de barniz, grasa o carmín en las manos, éstos últimos derivados del besamanos. Las diferentes patologías, tanto de la Virgen como del Niño, se han estudiado a través de técnicas avanzadas, de luz ultravioleta, y con lupa digital. Según la restauradora, Cinta Martín, que es la técnica que ha tenido la responsabilidad de tener a la Virgen entre sus manos, la actuación se ha llevado a cabo teniendo en cuenta el “criterio de mínima intervención”.
Asimismo, el equipo de IAPH ha acordado con la cofradía determinados aspectos, como, por ejemplo, mantener los brazos articulados o el cinturón. Respecto a la restauración en sí, Cinta, detalló las fases que se han realizado de fijación, limpieza, estucado y finalmente de reintegración cromática. También se refirió a la intervención en las pestañas de los ojos del Virgen, “con excelente resultado”, o a los elementos de protección que se ha establecido. Por su parte, el presidente de la Real Cofradía de María Santísima de la Cabeza Coronada, Andrés Cobos, agradeció a todo el equipo del IAPH su extraordinario trabajo.
En especial, Cobos, se refirió a la restauradora Cinta Martín por ser la encargada de manipular directamente a la Virgen. El presidente mostró a la restauradora su “gratitud por el cariño, sensibilidad y delicadeza” que ha demostrado durante todo el proceso. Además, el cura-párroco, Bernard Huamán aprovechó para destacar el valor patrimonial y religioso de la Virgen de la Cabeza, y la importancia de ofrecer información para poder valorar mejor ese patrimonio. Finalmente, el alcalde de Rute, David Ruiz, presente en el acto, también intervino para dar la enhorabuena a los técnicos del IAPH por su trabajo, y para felicitar a los miembros de la cofradía por la organización de las Fiestas que concluyeron el pasado domingo 11 de mayo.