La psicóloga Elisabet Torres advierte de la manipulación sexista en el lenguaje publicitario

  • Una charla del ciclo “Marzo cultural” analiza el tratamiento de la mujer como un objeto en la publicidad

  • Las nuevas tecnologías y las redes sociales han multiplicado problemas como la anorexia o la bulimia

charla mujer
Elisabet Torres ilustró con varios ejemplos cómo la publicidad sigue ofreciendo una imagen vejatoria de la mujer

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Continúan las actividades enmarcadas en el ciclo “Marzo cultural”. Este ciclo está organizado por el delegación de Igualdad del Ayuntamiento, en colaboración con diversos colectivos del municipio. Se pone en marcha con objeto de concienciar en torno a la conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora. En este sentido, la concejala del área, Mónica Caracuel, ha señalado desde primera hora que se trata de actividades integradoras. Al mismo tiempo, se pretende celebrar el papel de la mujer, pero sin perder el punto reivindicativo y de sensibilización. En ese contexto se enmarcaba la charla ofrecida en la tarde del martes 15. Llevaba por título “Mujer = Persona. El tratamiento de la imagen de la mujer en la publicidad”. Estaba promovida por el Centro de Adultos Maestro Antonio Écija y de impartirla se encargó la psicóloga Elisabet Torres.

Según expuso, la mujer sigue siendo utilizada como un objeto en la publicidad y se están creando “modelos estéticos imposibles”. Lejos de corregir el problema, las nuevas tecnologías y las redes sociales lo han multiplicado. Como ejemplo, citó que hay constatadas más de trescientas páginas en internet que incitan a la anorexia o la bulimia. Peor aún es la sutileza con que se lanzan esos mensajes sexistas, tanto con el lenguaje verbal como con el no verbal.

Torres apuntó que hay tal volumen de información sexista que aún no se puede adivinar o concretar su alcance total. En consecuencia, ni siquiera las propias mujeres son conscientes de esa manipulación. Aun así, cree que hay que ponerse alerta ante cualquier anuncio o mensaje que resulte incómodo, porque cuando una mujer es tratada como un objeto las denigra “a todas”. Reconoce que se ha conseguido mejorar algo la situación con el endurecimiento de la legislación. Sin embargo, la publicidad continúa moviendo mucho dinero, que hay que rentabilizar. Por ello, en el tiempo que transcurre hasta que se logra aplicar la ley esa publicidad “ya ha surtido su efecto”.

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