La ola de calor que sufre Rute está a un paso de superar el máximo histórico de días con altas temperaturas

  • En nuestro pueblo no se han batido registros de otros años, pero se han sumado quince días seguidos con temperaturas por encima de lo normal

  • El responsable de tomar los datos para la Aemet, Antonio Navajas, cree que 2015 será uno de los años más calurosos en términos generales

Antonio Navajas ha comparado en Radio Rute los datos históricos de temperaturas máximas alcanzadas en nuestro pueblo
Antonio Navajas ha comparado en Radio Rute los datos históricos de temperaturas máximas alcanzadas en nuestro pueblo

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El verano de 2015 está siendo uno de los más cálidos de los últimos años. La obviedad no sólo se hace patente en el día a día. Son muchas jornadas con temperaturas elevadas, y la tendencia se remonta a la primavera. Desde entonces se han venido registrando valores por encima de lo habitual para cada fecha. No es de extrañar, pues, que en las últimas semanas se venga hablando de que se sufre una ola de calor, o que hemos asistido a varias olas. Ahí sí pueden surgir discrepancias sobre cuántas se han sucedido a lo largo del verano. Antonio Navajas, colaborador de Radio Rute y encargado de enviar los datos oficiales del municipio a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se decanta por hablar de una sola ola de calor. Además, aunque presente “distintos picos”, todavía no ha terminado. Lo que se había venido anunciando a partir del día del Carmen es “sólo una pequeña tregua de un par de días o tres”. Habrá que esperar, por tanto, a que se dé por concluida para sumar los días y confirmar si asistimos a un máximo histórico.

      • La temperatura umbral es un cálculo matemático que toma como referencia los meses de julio y agosto de los últimos 30 años
      • Se vienen marcando temperaturas por encima de lo normal, según cada fecha, desde el mes de marzo

En teoría, se habla de olas de calor distintas cuando hay un descenso de las temperaturas de más de un día. Sin embargo, en la práctica, recuerda que desde principios de la estación estamos bajo la influencia de “la misma masa de aire africano”. Para clarificarlo, hay que distinguir qué se entiende por ola de calor y cuándo se puede hablar de bajada significativa de los termómetros. Depende del lugar geográfico y sobre todo de lo que se conoce como “temperatura umbral”. Si se supera más tres días consecutivos, estamos ante una ola de calor. Al mismo tiempo, la Aemet establece que para hablar de una ola de calor generalizada, al menos un 10% de sus estaciones asociadas han de sobrepasar la temperatura umbral respectiva de cada lugar. Eso sí, la ola puede considerarse a nivel nacional, regional o provincial.

La temperatura umbral es un cálculo matemático en el que se toman como referencia los meses de julio y agosto de los últimos 30 años que haya registrados. Ello sumaría un total de 1860 días. De ese intervalo, habría que “localizar” el 5%, es decir, los 93 días más cálidos. Y de esos 93 días, se observa finalmente cuál ha sido el valor más bajo. Esa mínima dentro de las máximas tomadas como referencia sería la temperatura umbral. En Rute, está entre los 37,5 y los 38 grados. De esta forma, si se bajara a 35, por ejemplo, se podría considerar que se ha salido temporalmente de la ola de calor. Pero si el descenso es de 40 a 38, se seguiría por encima de ese umbral. Aunque ahora no lo parezca, Antonio Navajas asegura que en Rute el umbral no es muy elevado, si se compara con otros lugares como la propia capital cordobesa, donde supera los 40 grados. De hecho, en todo el verano sólo se ha alcanzado en una jornada esa barrera de los 40. En realidad, es la sucesión de días con valores altos lo que genera ese efecto agotador. Como muestra, en esta ocasión no se ha batido en nuestro pueblo ningún registro.

De una forma más coloquial, la gente de la calle viene hablando de ola de calor incluso desde el mes de mayo, aún en primavera. Aunque desde un punto de vista técnico no fuera así, lo cierto es que ya entonces los valores eran más elevados de la cuenta para esas fechas. Algo parecido ha ocurrido en pleno verano. La ola de calor se ha producido antes del 15 de julio. Ese día comienza “la canícula”, el período “teóricamente más cálido”, que abarca hasta el 15 de agosto. Es otra razón para que Antonio Navajas sospeche que cuando acabe el año será “el de mayores registros históricos en España”. Él se retrotrae a marzo para hablar de adelanto del calor. En ese mes, las temperaturas ya estaban por encima de la media. Desde entonces, la ola se ha adelantado. El primer “anticipo” llegó entre el 27 y el 30 de junio. En ese mes y en mayo se había registrado lo que se conoce como “anomalía térmica”, o valores muy por encima de lo habitual. Contando esos días de junio, sumarían 15 de ola de calor, a un paso de los 16 que se establecieron en 2003 como la mayor de la que se tiene constancia en nuestro país. Ni entonces ni ahora fue algo exclusivo de España, sino que afectó a buena parte del continente. En aquella ocasión, se constató que el riesgo de muerte por un golpe de calor podía aumentar “hasta en un 25%”. Lo que sí parece claro es que, con doce años de diferencia entre estas dos olas, no se puede aventurar si estamos ante una tendencia. En contraste, Navajas recuerda que el verano anterior fue de los más frescos de los últimos años.

Por la noche, tampoco hay tregua. En general, se habla de noche “tropical” cuando se superan los 21 o los 22 grados. A partir de ahí, se entiende que se supera la barrera del sueño, porque cuesta conciliarlo, pero depende de dónde se tome. En cualquier caso, cuando se habla de esas mínimas son un instante al final de la noche, casi al amanecer. Otro aspecto que influye es la sensación térmica. Para ilustrarlo, incluso de día, pone un ejemplo muy gráfico. Basta con usar un abanico para que esa sensación térmica se alivie. Con todo, ha señalado que hay tablas que permiten medir la sensación térmica, en función de la temperatura real. Es otro motivo por el que el calor en Rute no es tan extremo como en otros lugares. Al estar a unos seiscientos metros sobre el nivel del mar, el término municipal está “muy afectado por el viento”. Así pues, nuestro pueblo no es el caso más extremo, aunque ahora mismo cueste creerlo.

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