La lluvia volvió a deslucir la cita taurina de Rute

El público no respondió a las expectativas creadas

El público no respondió a las expectativas creadas

Después del aplazamiento sufrido el sábado 10 de mayo por la lluvia, que había dejado el ruedo hecho un barrizal, los toros volvieron a Rute y finalmente pudo celebrarse una semana después, en la tarde del domingo 18, la corrida programada en la plaza portátil ubicada en el PPR-1, junto a la barriada de Los Manzanos. Aun así, la lluvia volvió a hacer acto de presencia durante el festejo, cuando Víctor Janeiro toreaba a su primer astado, segundo de la tarde. El cartel se había visto modificado por el aplazamiento, de manera que a última hora Canales Rivera dio relevo a Juan José Padilla. Respecto al desarrollo de la corrida, apenas media entrada para la lidia de las reses de los Hermanos Garzón. Al final, Canales Rivera cosechó palmas y dos orejas; Víctor Janeiro, oreja y palmas; y quien salió mejor parado fue José Olivencia, que cortó dos orejas y oreja, respectivamente.

A diferencia de la cita del año pasado, que contó con todos los factores a favor (en plenas fiestas de mayo, con la presencia de muchos visitantes, y un tiempo completamente primaveral), en esta ocasión no se han juntado los elementos necesarios para juzgar si en Rute es rentable ubicar una plaza de toros fija. Fue ésta la propuesta que lanzó Antonio Dorado, gerente de la empresa organizadora, en la presentación del cartel. Aunque destacó la oportunidad que han representado las plazas portátiles para albergar espectáculos de este tipo en municipios como Rute, insistiendo en que cumplen “las mismas normativas de seguridad que las plazas fijas”. Dorado apuntó que incluso se habían mantenido “conversaciones” con el Ayuntamiento de Rute en este sentido, de manera que se pudiera destinar la recaudación de una corrida a acometer las obras para esa futurible plaza fija.

La escasa afluencia de público, con poco más de un cuarto de las gradas cubierto, se puede justificar por muchas razones que se han presentado de manera imprevista, pero el hecho incuestionable es que la venta de entradas no ha respondido en absoluto a las expectativas. Los afectados han sido, junto al propio espectáculo, tanto la empresa Hermanos Dorado como la cofradía del Nazareno, que había acordado un porcentaje de la recaudación de la venta anticipada para la restauración de la capilla.

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