La Junta aprueba la segunda fase del proyecto de conservación del Canuto

  • Tras la preconsolidación del hueco, ahora se va a proceder a restituir la rotura de la cara norte y reafirmar la estructura de sillarejos, con un presupuesto de 66.111 euros

La memoria preliminar data al Canuto en el período nazarí, en el siglo XIV

La Comisión Provincial de Patrimonio ha informado favorablemente sobre la segunda fase del proyecto del Ayuntamiento de Rute de conservación de la torre del Canuto. La delegada de Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva, ha presidido dicha Comisión. En abril pasado concluyó la primera fase de este proyecto coordinado por el arquitecto José Manuel Reyes Alcalá. En esa fase inicial, se procedió a eliminar los elementos dañinos de la vegetación y a la preconsolidación del hueco. Esta fase se plantea como la segunda de la intervención autorizada en noviembre de 2019. Para ello, el Ayuntamiento se ha acogido a la convocatoria de subvenciones de la Diputación Provincial para la protección y conservación de bienes inmuebles del patrimonio histórico-artístico de Córdoba. El proyecto cuenta con un presupuesto de 66.111 euros.

La actuación contempla la restitución de la fábrica del hueco (rotura) noroeste mediante mampostería a una cara con mortero de cal y la limpieza de paramentos. También se reafirmará la estructura de sillarejos hasta la máxima altura conservada, mediante mampostería con piedra caliza de color similar a la existente. Asimismo, se protegerá la parte superior con pendientes mediante capa de 10 centímetros de mortero de cal. La atalaya será tratada con protección herbicida-fungicida e hidrofugación y limpieza. De igual modo, está prevista la formalización arquitectónica del vano de la puerta y el dintel de piedra, así como la recolocación puntual de mampuestos, enripiado y reintegración de juntas con mortero de cal.

El Canuto tiene un entorno de protección de doscientos metros. Al igual que el entorno de Rute Viejo y el Castillo de Zambra, tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC). Se trata de una atalaya o torre vigía de planta circular, con diámetro de 5,25 metros y altura conservada superior a los ocho metros. Está construida con sillarejos de caliza gris propia del cerro en el que se asienta. La historiografía ha planteado diversas hipótesis sobre su origen, desde época visigoda, islámica-nazarí y castellana. La memoria preliminar que acompañó la primera fase data la torre en el período nazarí, siglo XIV, en conexión con las fortalezas de Iznájar y Zambra.

 

Deja un comentario