La I Carrera de Montaña “Villa de Rute” es respaldada con la presencia de ciento cincuenta participantes

Después de atravesar parajes como la Fuente  Alta, los malagueños Rubén Bravo y Daniel García fueron los primeros en cruzar  juntos la meta

Después de atravesar parajes como la Fuente Alta, los malagueños Rubén Bravo y Daniel García fueron los primeros en cruzar juntos la meta

Ni en sus previsiones más optimistas esperaban los organizadores una participación tan alta en la mañana del 17 de marzo. La I Carrera de Montaña “Villa de Rute”, organizada por la empresa Depor-Salud, se saldó con la presencia de ciento cuarenta corredores. A esta cifra, ya importante, hay que sumar una decena de senderistas que completaron el otro trazado. Comenzó en el Paseo del Fresno, donde también estaba la meta. Discurrió por Rute Viejo y La Palomina, para adentrarse en el GR7 y subir hasta el Canuto. Justo en la torre vigía corredores y senderistas cruzaban sus caminos. A continuación, los fondistas se dirigieron a La Verja, para llegar a la Rosa Alta, El Hacho, el camping municipal y vuelta al Fresno. En total, la ruta comprendía cerca de 14 kilómetros, 12,5, donde se alternaban subidas y bajadas, en la clásica prueba “rompepiernas”. Según José Antonio Alcalá, uno de los responsables de Depor-Salud, se había buscado un trazado que, además de por lo deportivo, resultara atractivo por sus vistas para corredores de fuera de Rute. La carrera se dividió en tres categorías, cada una de las cuales se subdividía a su vez en masculino y femenino: absoluta, máster 40 y local.

Los cálculos sobre los mejores tiempos rondaban la hora y diez minutos. Sin embargo, los ganadores rompieron los pronósticos. Los malagueños Rubén Bravo y Daniel García cruzaron juntos la meta en un tiempo de una hora, un minuto y veinte segundos. Se da la circunstancia de que la suya fue una carrera familiar. Son cuñados y además sus respectivas esposas también participaron en categoría femenina. No conocían el entorno de Rute y confiesan que esperaban una carrera “más popular”. Pero después se mostraron gratamente sorprendidos de que fuera una prueba de montaña “de verdad”, aparte de encantarles el paisaje.

Dado que estas carreras de montaña son relativamente nuevas, sus practicantes vienen reconvertidos de otras especialidades. En el caso de los malagueños, son triatletas. Algo parecido sucede con Andrés Moreno, tercer clasificado y primer cordobés (01:02:26). Él viene de las carreras populares, pero, al igual que los triatletas, ha necesitado un tiempo de adaptación. Los tres coinciden en que la carrera de montaña tiene unas peculiaridades propias y es “distinta” a cualquier otra especialidad. Moreno conocía Rute, aunque ésta ha sido la primera vez que ha corrido aquí. A nivel visual, cree que la Subbética es deslumbrante, y en el plano técnico le pareció una carrera “dura, sin apenas descanso”.

El podio local también estaba conformado por corredores “reciclados”. El mejor tiempo correspondió a Juan Manuel Aguilar (01:14:45), que ha aparcado en las semanas previas el asfalto y las carreras populares para poder participar en esta prueba en su pueblo. Tan distinto es correr en montaña que confiesa que sufrió por no llevar el calzado adecuado. Otro que ha tenido que adaptarse es el segundo ruteño, Raúl Roldán. Curtido en el mountain-bike, asegura que le encanta caminar por la Sierra de Rute y ha completado muchas veces este circuito andando. A la hora de correrlo para preparar esta cita, sus mejores tiempos se habían acercado a la hora y media. Por tanto, su alegría fue inmensa al ver el crono final (01:15:24).

De los tres primeros ruteños, el único que está algo más acostumbrado a carreras de este tipo es su hermano Pascual. Para él, la prueba le ha servido de preparación porque está en pretemporada. Eso sí, preferiría que hubiera tenido más distancia, acorde con las que él suele hacer. Al ser el recorrido más corto, se hace más rápido y se sintió muy forzado. Aparte de estos tres chicos, hay que hacer una mención especial entre los participantes locales.  María del Mar del Cabo fue la única ruteña que se animó a hacer la carrera. Suele salir a correr por la calle, pero esto es nuevo para ella. Por eso, le resultó dura, como a todo el mundo, pero asegura que disfrutó mucho.

El resto suscribe su comentario. La mayoría mostró su intención de repetir si la prueba se reedita. La idea de los organizadores es ésa. Tanto Ramón Rey como José Antonio Alcalá, responsables de Depor-Salud, han visto colmado el esfuerzo de los últimos meses. Saben que estas pruebas están en auge, también en la comarca. Pero carreras como la de Zuheros o Carcabuey han necesitado cuatro ediciones para lograr los trescientos participantes. Aquí se ha alcanzado la mitad a la primera. Para Ramón, la clave ha sido el atractivo que ofrece la propia sierra “y las vistas que tiene”. También hay, desde luego, mucho trabajo detrás. Fue su primo José Antonio el que apostó de firme por hacer una carrera como ésta en Rute. Pese al tiempo que ha requerido, ya sea preparando el circuito o resolviendo “el papeleo” con administraciones y con los seguros de los corredores, las felicitaciones compensan esa tarea.

No en vano, han cuidado todos los detalles. Los participantes han contado con una medición de tiempos segura. Para ello, se ha usado un chip y una célula fotoeléctrica que garantizaban un cronometraje totalmente fiable. Además, había un servicio gratuito de podología y fisioterapia. Según una de las encargadas, Irene Villalba, aunque las sesiones eran cortas, los corredores lo agradecían. Dependía de las molestias que cada cual presentara, pero en general se trataba de descargarles la musculatura y estirarla, “para evitar contracturas tras el esfuerzo”.

En definitiva, fue una jornada donde se fomentó a la vez la práctica deportiva y los singulares parajes de Rute. El concejal de Deportes, Manuel Sánchez, aún doloroso tras haber hecho él mismo la carrera, felicitaba a Depor-Salud, por haber buscado un recorrido que muestra “la parte más bonita de nuestra Sierra”. Es una posibilidad más que puede ofrecer nuestro entorno para el deporte en la naturaleza. Y ha permitido de nuevo el trabajo conjunto entre una empresa privada y los servicios municipales. Ejemplos de ello han sido la cesión de infraestructuras como el pabellón para que los corredores se ducharan, o la preparación logística, coordinándose con la Policía Local en los cortes puntuales de calles.

Deja un comentario