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Los responsables de las firmas entienden las reivindicaciones de los camioneros, pero no comprenden cómo el Gobierno aún no ha ofrecido una salida
Repercusión de la huelga del transporte en las empresas ruteñas
Trabajadores, empresas de diversa índole, y pequeños autónomos del sector de la alimentación de Rute comienzan a padecer la huelga del transporte de mercancías que comenzó el pasado 14 de marzo. Se han cumplido diez días desde que los camioneros iniciaron un parón indefinido, reivindicando unos precios justos y dignos para los carburantes, con objeto de hacer viables sus negocios. Ahora, otros sectores productivos también sufren las consecuencias de esta huelga. En los últimos meses el precio de los carburantes se ha disparado.
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En concreto, las tarifas del gasoil se han incrementado entre un 25% y un 30%. En estos momentos, según ha informado el ruteño Bernabé Morales, que está al frente de la estación BP “Los Bomberos”, de Lucena, un litro de diésel normal vale 1,789 euros. Como nota destacada, añade que es “lo mismo que cuesta el litro de gasolina”. Morales asegura que estamos atravesando “una crisis energética de grandes dimensiones”. Nunca, afirma, en los 28 años que lleva al frente de su negocio, se habían alcanzado estos precios. Son unas cifras históricas.
Las estaciones de servicio también se están viendo perjudicadas por la situación. En su caso, el 80% de sus clientes son transportistas. Según informa, por su gasolinera “en la última semana no ha pasado ni un solo camión”. Además, la huelga está ocasionando problemas graves a distintas empresas ruteñas. Es el caso de Proquisur, dedicada a la fabricación y distribución de productos para la automoción. Esta industria local tiene sus almacenes completamente colapsados. Su producción, afirma su gerente, Juan Antonio Arcos, ha llegado al límite por esta huelga.
Esta empresa local ha visto perjudicadas sus salidas de exportaciones que llevan a cabo en barcos. Por tanto, los clientes están enfadados, un porcentaje de la plantilla se ha visto obligada a coger las vacaciones, y en las próximas semanas tendrá que asumir un incremento de coste por unos materiales que ya debería haber recibido. Por todo ello, Arcos dice que entiende las reivindicaciones de los camioneros, pero no comprende la actitud del Gobierno, ni el hecho de que aún no haya ofrecido una solución.
En el caso de Samafrava, dedicada a la fabricación de bolsas de plástico, el jefe de producción, Francisco Alba, apunta “problemas en la recepción de materiales y en la cadena de suministro”. De momento, no han tenido que parar ninguna línea. Sin embargo, de seguir esta situación, afirma Alba, en dos o tres días, la producción se vería muy afectada.
Otra de las empresas locales, Innovaciones Subbética, dedicada a la fabricación de bolsas de papel, con la huelga ha visto agravado sus problemas de espacio. Desde hace años esta firma demanda la ampliación del polígono para poder incrementar su capacidad de almacenamiento y producción. Ahora, con al no poder dar salida su mercancía, cuentan con un problema añadido. Según un representante de Innovaciones, Pablo Córdoba, la situación es “muy crítica”. Con la huelga de camioneros “ni las mercancías se recogen ni llegan las materias primas para seguir produciendo”. Mejor situación atraviesa Indulabel, dedicada a fabricar etiquetas autoadhesivas, de la que Pablo Córdoba es gerente. La afectación de la huelga del transporte en este caso está siendo menor. Aunque con un sobrecoste añadido, están pudiendo repartir su material en vehículos de más pequeños.
Finalmente, el parón de los camioneros también está afectando a la distribución de alimentos. En algunos supermercados, mercados o tiendas de barrio comienza a haber desabastecimiento. Es el caso de la carnicería de Fernando Repullo, quien afirma que comienza a haber escases de carne de ave (pollo y pavo).
