La festividad del Pilar supuso en Rute una nueva jornada de puertas abiertas de la Guardia Civil

Al término de la función religiosa numerosas personas felicitaron a los agentes por su trabajo

Al término de la función religiosa numerosas personas felicitaron a los agentes por su trabajo

Como viene siendo costumbre en Rute, la Guardia Civil aprovechó la festividad de la Virgen del Pilar, su patrona, para celebrar una jornada de encuentro y convivencia con la ciudadanía. Un año más, los actos comenzaron con una diana a cargo de la Banda Municipal. A su término, se ofreció una chocolatada junto al cuartel. Tras este desayuno común, llegaba la solemne función religiosa en Santa Catalina. La mañana terminó, como es habitual, en las instalaciones del Parque Temático del Anís. Antonio Martos, sargento primero del puesto de Rute, agradeció en nombre de sus compañeros las muestras de cariño y apoyo recibidas, “incluso desde días antes”.

Casi dos años lleva ya en el cargo y asegura que en este tiempo ha notado el respaldo de la ciudadanía. Sin esa colaboración no hubieran sido posibles operaciones importantes como las que se han llevado a cabo en los últimos meses. Martos espera que se mantenga la misma colaboración durante la próxima campaña de recogida de aceituna. En su opinión, el bajo precio del aceite evitó que el año pasado hubiera muchos hurtos. Aun así, insistió en que los agricultores “no dejen la aceituna que hayan recogido, que la lleven a la cooperativa, porque es su dinero y su futuro”.

Críticas eclesiásticas

El sargento primero realizaba estas declaraciones justo antes de la función religiosa; una función oficiada por David Ruiz, de vuelta en Rute tras la reordenación de la diócesis realizada desde el obispado. Ruiz quiso recordar a los 27 guardias civiles españoles que han fallecido este año en acto de servicio, y felicitó a todos los agentes por su condición de “servidores” de una sociedad “desconcertante y apasionante”. A partir de ahí desgranó su visión de esa sociedad actual, que considera “digna de admiración y también de preocupación”. Con ello se refirió a las “ideologías que sustentan la división, nacionalismos exacerbados que no construyen sino que destruyen”. Ese “grave peligro” de desmembrar la sociedad se corre “cuando se manipula la historia para fomentar posiciones fanáticas”.

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