Las mesas de la Caseta Municipal se ha llenado con el acompañamiento musical de las orquestas
La crisis se ha convertido de forma paradójica en un inesperado y sorprendente aliado de la Feria Real de Rute. En un año en que el Ayuntamiento había ajustado el presupuesto ante la situación económica, el balance es más que positivo en relación a ediciones anteriores. Por un lado, el tiempo ha acompañado y el calor dio un respiro en estos días, permitiendo disfrutar del fresco de por la noche. Por otra parte, tal vez porque la crisis no afecta sólo a las arcas municipales, lo cierto es que en esta segunda quincena de agosto se ha marchado de Rute menos gente que en otras ocasiones. Los que se han quedado no han dudado en acercarse un rato cada día al recinto ferial. Si la concejala de Festejos, Belén Ramos, había pedido el apoyo al esfuerzo municipal que se iba a realizar, la gente lo ha respaldado con su presencia.
Desde luego, la imagen que han presentado tanto la Caseta de la Juventud como la Municipal invitaba a pensar que no todo está perdido en esta tradición del verano ruteño. A excepción del hueco reservado para el baile, las mesas de la Caseta Municipal se han llenado de gente que ha disfrutado de las orquestas que actuaban. Al mismo tiempo, la apuesta de organizar el concierto del grupo Flamenko Canalla en horario de sobremesa (el jueves 25) dio resultado. Durante esta jornada con feria de día, el goteo de gente no cesó por la Caseta de la Juventud. En el mismo lugar, ya en la noche del viernes 26, la banda Malevo confirmó que tiene un grupo de seguidores fieles, ya sean de Rute o de la vecina localidad de Cuevas de San Marcos, de donde son la mayoría de sus componentes.
