La Escuela de Alta Decoración de Rute imparte un taller de restauración sostenible en la Fundación Catedral Vitoria

Manuel García  durante una de las  ponencias

Manuel García durante una de las ponencias

Desde hace algún tiempo la Escuela de Alta Decoración de Rute, Aldecort, viene profundizando en el apartado de restauración del patrimonio. En ese contexto la Fundación Catedral Vitoria ha llevado a cabo un taller de técnicas tradicionales de restauración sostenible. Para ello, la escuela ruteña, que ha sido la encargada de impartirlo, mantuvo contactos con la fundación. La entidad vasca se encarga desde hace más de una década de recuperar la Catedral de Santa María, en la capital alavesa, una joya del gótico. Anualmente organiza eventos de este tipo, sobre todo en la especialidad de materiales ecológicos.

Según el máximo responsable de Aldecort, Manuel García, para la escuela que dirige suponía “un pequeño reto” trasladarse al País Vasco y organizar estas jornadas “en colaboración con el colegio de arquitectos”. Los receptores del taller no eran, por tanto, sólo pintores o personal al uso de la alta decoración, sino unos cincuenta arquitectos vinculados a lo que se conoce como la “construcción sostenible” o “eco-construcción”. Dentro del auge que ha experimentado la restauración del patrimonio en los últimos años, el carácter sostenible implicaría dotar a los edificios emblemáticos de interés histórico para protegerlos de riesgos o daños eventuales como las humedades o ataques climáticos.

Las jornadas se estructuraron en sesiones teóricas y prácticas. En concreto, el ciclo de conferencias giró en torno al uso de la cal y el estuco, materiales nobles a los que el paso del tiempo ha distinguido como los máximos exponentes de la arquitectura patrimonial. El balance que se realiza desde la escuela es más que satisfactorio. Pasados los nervios iniciales, “propios de acometer este tipo de proyectos”, la respuesta fue positiva no sólo durante el desarrollo de las ponencias, “sino en las posteriores conversaciones que se mantienen en estos encuentros”. Las empresas implicadas “apoyaron y respaldaron” la presencia de Aldecort en la Catedral de Santa María.

Francisco Muñoz, lucentino afincado en Rute y colaborador de la escuela desde que ésta echara a andar en 2004, ha confirmado la carencia formativa que existe en todo el país “para que este arte se haga una realidad”. En este sentido, asegura que en Aldecort se sienten “totalmente capacitados” para hacer frente a esta necesidad. De esta forma, se evita que para impartir este arte haya que recurrir a maestros venidos de Italia.

Manuel García ha aclarado que, “una vez consolidada la escuela de cara al profesional”, decidieron marcarse objetivos y pautas de trabajo “enfocados a otros organismos”. La repercusión que ha tenido su presencia en la fundación vasca constituye “un trampolín” para posteriores colaboraciones con universidades y colegios de arquitectos. Actualmente, están preparando una serie de jornadas similares, ya que cuentan con ellos para el asesoramiento técnico de edificios emblemáticos.

En definitiva, son “vías de trabajo” alternativas. El director de Aldecort es consciente de que la situación “no es fácil”. La repercusión directa de la construcción en la escuela es “notable” y obliga a preparar diferentes estrategias de mercado. En este sentido, García ha querido reconocer que esa búsqueda de nuevas posibilidades sólo se puede llevar a cabo gracias a su equipo de trabajo, “gente que está ahí, aunque muchas veces permanezca en segundo plano”.

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