La diversa procedencia de los afectados crea confusión en la cifra real de contagios de la residencia

  • El total de diagnosticados se eleva a cuarenta, entre residentes y empleados, pero no todos son de Rute, ya que en el centro hay personas de otros municipios

Entrada trasera a la residencia desde la avenida Blas Infante (Foto: Google Maps)

Los criterios que se manejan a la hora de facilitar los datos sobre los contagios por coronavirus en cada municipio han deparado una situación paradójica en Rute. Las fuentes oficiales sobre el alcance de la pandemia en nuestro país son básicamente dos. Por un lado, el Ministerio de Interior ofrece los datos globales de las comunidades. Por su parte, en Andalucía la Consejería de Salud y Familias actualiza a diario los datos de cada provincia. A partir de ahí, la información no siempre se ramifica lo suficiente. A nivel local, se va limitando para llegar a veces con cuentagotas a los municipios.

En Rute hasta la fecha se ha podido saber a diario la cifra de contagios. Ello no ha evitado, en cambio, una situación paradójica, cuando no contradictoria, en la residencia Juan Crisóstomo Mangas. Es sin duda el foco donde en Rute el Covid-19 se ha cebado con mayor virulencia. El centro cuenta con un volumen de usuarios que oscila entre 84 y 87. En su mayoría son de Rute, pero también hay residentes de otros pueblos. Desde que se desató la pandemia, en la residencia se han contagiado más de una treintena de personas de Rute. Conviene aclarar este último término, porque el total de afectados en el centro se eleva a cuarenta, 27 residentes y 13 miembros del personal que allí trabaja.

¿Son datos contradictorios? No necesariamente. No chocan desde luego con los que en estas semanas se han ido conociendo cada día de manos del alcalde Antonio Ruiz, que se ciñen al padrón municipal. Y si se toma como criterio de referencia ése y sólo ése, la cifra actual de casos diagnosticados en Rute, es decir, de ruteños y ruteñas, sigue siendo de 49. Las tres quintas partes son de la residencia, pero eso no significa, y de ahí el baile de cifras, que allí no haya más personas afectadas. Tan sólo indica que esas otras personas se computan en otro censo distinto al de Rute.

A la confusión que se puede dar con el censo del personal y los usuarios, se suma una dificultad que alcanza a todo el país, como es la falta de tests. La escasez obliga a veces a autoridades y personal sanitario a guardar una especie de equilibrio emocional entre la prevención y el alarmismo. Así, el fallecimiento de una mujer en Rute ha hecho que Protección Civil desinfecte la calle donde vivía, sin tener claro aún que sea una víctima del coronavirus. A falta de confirmar o descartar por completo esa posibilidad, y ante la preocupación manifestada por el vecindario, se ha optado por esta medida preventiva.

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