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La pandemia y las restricciones sanitarias obligaron el año pasado a suspender por primera vez esta cita clásica de la formación, que cumple veinte años
Vuelta del Concierto de Navidad de la Coral Polifónica Bel Canto
Si los villancicos son la banda sonora de la Navidad, en Rute tienen desde hace dos décadas el sello propio de la Coral Polifónica Bel Canto. En 2001 se presentaron en sociedad por estas fechas y aunque han mostrado su solvencia en otros géneros, este concierto extraordinario es una de sus señas de identidad. Nunca han dejado de celebrarlo y cada año es una de sus actuaciones más esperadas. La única vez que han faltado a su cita con la Navidad y con el pueblo de Rute fue en 2020. Las restricciones sanitarias impidieron su celebración como la de tantos otros eventos.
La formación ha tenido que luchar contra viento y marea. Como recuerda su presidente, José María Molina, primero no podían ni reunirse para ensayar. Después, apenas han hecho alguna aparición en las Fiestas Patronales. El trabajo del director, Miguel Arjona, ha tenido que ser concienzudo, ensayando con grupos reducidos. A este mismo concierto han llegado “en cuadro”, con algún miembro afectado o con familiares con Covid. Lo admitía Molina con pesar, pero no se resignaban a suspenderlo por segundo año y, aunque fuera cantando con mascarilla, “había que hacerlo”.
- El director agradeció la apuesta del Ayuntamiento por conciertos como éste, que se están perdiendo en otros municipios
El resultado fueron quince villancicos, divididos en dos tramos. En el primero cantaron piezas clásicas del género como “Adeste Fideles” o “Noche de Dios”, con el único acompañamiento de José Antonio Quiles al piano. En el segundo se incorporó la orquesta Camerata Ipagro, para dar paso a un repertorio “más cordobés”, con autores de la tierra, como Sebastián Valero o Ramón Medina. Según Arjona, director también de la orquesta, en Córdoba hay compositores de primer nivel cuyas obras se perderían si no fuera por oportunidades como ésta. Por eso, aplaude que Rute siga contando, de la mano del Ayuntamiento, con citas como ésta, que se están perdiendo en otros pueblos.
En este sentido, la concejala de Cultura, Ana Lazo, remarcó que es justo ahora cuando más hay que respaldar esa labor de veinte años. Si el Centro Rafael Martínez-Simancas no está disponible, se opta por la parroquia de Santa Catalina, al ser repertorio religioso. La coral no ha podido celebrar estas dos décadas de trayectoria como la ocasión lo merece. De hecho, lo tienen todo a punto para conmemorar la efeméride. Pero confían en hacerlo en lo que ya están llamando el “2021+1”.
