La Coral Polifónica Bel Canto hermana la zarzuela con las grandes óperas

  • Su concierto sirvió para clausurar el Ciclo de Música Clásica y reivindicar la calidad del mal llamado “género chico”

La coral ambientó el escenario con dos maniquíes ataviados con el traje típico madrileño

Declaraciones de la Coral Bel Canto y balance del Ciclo de Música Clásica

La Coral Polifónica Bel Canto cerraba el mes de noviembre y el Ciclo de Música Clásica. Al igual que la Banda Municipal, su concierto se trasladó de los museos temáticos al Centro Cultural Rafael Martínez-Simancas (Ludoteca). La concejala de Cultura, Ana Lazo, insistió en que el poder de convocatoria de ambas formaciones sobrepasa el aforo del espacio acotado en estos museos. Con todo, matizó que este ciclo “va a más” y demuestra que esa “inmensa minoría” de la que se suele hablar para referirse a la música clásica “crece”. En parte, la afluencia se ve potenciada por la gente que visita la localidad en estas fechas.

  • Ha habido que adaptar las voces originales al perfil de la coral y concentrar la instrumentación de una orquesta en el acompañamiento único de un piano

A ello se suma la afición en Rute a la música, lo que lleva a concluir que se va seguir apostando por este ciclo en próximas ediciones. Miguel Arjona, director de la coral, añadió que hay que “educar en la música”. Por eso, tanto él como el vicepresidente de la asociación que acoge a la coral, agradecieron el apoyo del Ayuntamiento. Gracias a él, mientras otras corales han desaparecido en los últimos años por falta de respaldo institucional, la de Rute se mantiene.

Como suele hacer la coral, la actuación, que se había preparado de forma casi simultánea al concierto de Navidad, tuvo dos partes muy definidas. La primera rindió homenaje a la zarzuela, con clásicos como “Doña Francisquita” o “El barberillo de Lavapiés” del mal llamado “género chico”. El director aclararía que lo de “chico” tiene que ver con el ámbito geográfico, circunscrito a Madrid. La segunda parte fue un repaso a algunas de las grandes óperas alemanas e italianas, “desde la época barroca hasta el romanticismo”. Para Arjona, la zarzuela es “nuestra ópera”, porque, como ésta, habla de cosas cotidianas.

En cuanto a la planificación de la actuación, ha supuesto un esfuerzo “tremendo”. Por un lado, ha habido que adaptar las voces de las óperas y zarzuelas interpretadas. Coros como el de “Nabuco” de Verdi están compuestos para una mayoría de hombres, mientras que en la coral predominan las mujeres. Al mismo tiempo, toda una orquesta se concentró en el único acompañamiento del piano de Alberto Martínez. Aun así, se había intentado, en palabras del director, “acercar al máximo” a la composición original.

 

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