La coral polifónica Bel Canto de Rute enriquece la banda sonora de la Navidad

El momento estelar de la noche llegó con la interpretación conjunta que ofrecieron las dos formaciones

El momento estelar de la noche llegó con la interpretación conjunta que ofrecieron las dos formaciones

La Navidad es época de estampas y de sonidos. Las melodías de los villancicos forman parte de nuestra cultura, y desde hace unos años a esa banda sonora ha contribuido la coral polifónica Bel Canto de Rute. El sábado 14 de diciembre celebraban en Santa Catalina su tradicional Concierto de Navidad. Pero en esta ocasión, no estuvieron solos. Ya el año pasado se contó con la colaboración del barítono linarense David Gascón. Esta vez, el concierto tenía la denominación de “Encuentro de corales”. Junto a la ruteña, estuvo la de Puertollano. El nexo es un paisano, Julián García Sánchez. Pertenece a la coral de este municipio de Ciudad Real, donde reside desde hace años. Se trata de una formación que acaba de cumplir dos décadas, heredera a su vez de un orfeón que hubo en la localidad. Para la coral ruteña, es un modelo a seguir y un reto, cumplida su primera década de existencia, alcanzar también la segunda. Para cuando llegue ese momento, su vicepresidente, José María Molina, lanzó un deseo: contar en Rute con un auditorio con las prestaciones del que tienen en Puertollano. No deja de ser un órdago para la clase política, pero ni el alcalde Antonio Ruiz ni la concejala de Cultura, María Dolores Peláez, dudan en reivindicar el papel que deben tener las iniciativas culturales.

Además, como han subrayado en más de una ocasión, los miembros de Bel Canto han ejercido un papel adicional de embajadores de Rute. Ocurrió en 2008, cuando el contacto se produjo en Puertollano, y ahora se ha devuelto la visita. No en vano, los integrantes de ambas formaciones pasaron juntos la jornada recorriendo los museos gastronómicos en unas fechas tan señaladas para el turismo ruteño. No es de extrañar que, tanto el director de la coral puertollanera, Adolfo Muñiz, como su presidente Cándido Castro, agradecieran la acogida recibida. Ha sido un lazo más que han estrechado con una coral con la que, según aseguraron, guardan muchas similitudes.

Después, por la noche, llegó el concierto de Santa Catalina, que se dividió en dos partes, una para cada formación. En la mitad ruteña, el director Miguel Arjona hizo valer el riquísimo patrimonio que representan los villancicos cordobeses, con autores de referencia como Ramón Medina. Pero sin duda, el momento estelar de la noche llegó con la interpretación conjunta de las dos corales. Fue sólo una pieza, “Duérmete, mi niño”. Sin embargo, bastó para arrancar la ovación cerrada del público que llenaba Santa Catalina. La puesta en común había sido relativamente fácil. José María Molina asegura que hoy día, con internet y las redes sociales, se pueden intercambiar y adaptar de inmediato las partituras. Una vez hecho, Arjona se encargó de coordinar el único ensayo previo, esa misma tarde.

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