La cofradía de la Virgen de la Cabeza organiza un curso de iniciación al bordado en oro

  • La iniciativa surge a propuesta de Francisco Javier Pacheco, licenciado en Bellas Artes y próximo pregonero de la Morenita, que se encargará de impartirlo

Francisco Javier Pacheco quiere colaborar con la cofradía dando respuesta a una demanda de los devotos

Francisco Javier Pacheco y Andrés Cobos – curso de bordado en oro y restauración de la Morenita

La Real Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza Coronada ha organizado un curso de iniciación al bordado en oro. Comienza justo en vísperas de la festividad del Pilar y, en paralelo al año académico, se va a prolongar hasta junio del año que viene. De impartirlo se va a encargar Francisco Javier Pacheco, licenciado en Bellas Artes y pregonero de las Fiestas de Mayo en honor a la Morenita. Según relata, de siempre ha sentido atracción por el bordado en oro. Por eso, durante su etapa universitaria en Granada se inscribió en un taller de la hermandad de la Virgen de las Angustias.

Esa afición se ha dado la mano con los planes de la propia cofradía. Su presidente, Andrés Cobos, recuerda que llevaban tiempo planeando una iniciativa de este tipo. Así que la acogida fue inmediata cuando lo propuso el profesor, que ya había colaborado antes con la cofradía en trabajos de cartelería o colgaduras. Además, ha formado parte de dos juntas de Gobierno. A su interés por enseñar sobre esta temática se sumaba el de gente con ganas de que en Rute se repitiera la dinámica de otros pueblos cercanos. Según explica, se pone en marcha un curso y, “cuando la gente tiene cierta autonomía, el taller ha seguido rodando”.

Con este paso, quiere dar respuesta a esa demanda y colaborar con la cofradía. De hecho, va a impartir el curso de forma altruista. La cuota es de 20 euros al mes, aunque la primera sube a 25 para materiales. Ese dinero, según matiza, Andrés Cobos, revertirá directamente en el curso. El presidente añade que sirve para “dar vida” a la casa de hermandad. En este caso, se va a impartir en la sede del número 67 de la calle Fresno, es decir, el lugar donde se ubica la mesa de regalos en mayo. Además, en el futuro permitirá trabajar con el patrimonio bordado de la Virgen, que va mucho más allá de los mantos. Como ejemplo, Cobos menciona el estandarte, por los muchos viajes a que se somete. Sólo de Rute a Andújar va “mínimo cinco veces al año”, amén de encuentros con otros municipios donde hay hermandades filiales de la Morenita.

La idea es que haya una única sesión por semana, pero de más duración, en torno a dos horas y media o más. En principio, sería los viernes por la tarde, aunque se pondrá en común tras la primera toma de contacto. Las plazas son limitadas y nunca excedería de veinte personas el grupo. Por ello, aunque está abierto a todo el mundo, tienen preferencia los hermanos de la cofradía. Quienes tengan interés podrían incorporarse, dentro de cierto margen, una vez haya comenzado. Para ello, se puede contactar a través del teléfono del profesor, 699 76 06 72, del correo de la cofradía, virgendelacabezarute@gmail.com, o contactando en las redes sociales o personalmente con los miembros de la junta de Gobierno.

Restauración de la Morenita

Un viernes después de que comience el curso, el día 18 a las siete y cuarto de la tarde, la cofradía ha convocado una asamblea extraordinaria en los salones parroquiales de San Francisco. Cuenta con un punto destacado en el orden del día: la presentación del proyecto de restauración de la Virgen de la Cabeza. Esa tarde se trasladarán hasta Rute los responsables del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) que se han encargado del estudio. El objetivo es informar a los asistentes del estado de conservación de la imagen y del proyecto de restauración, para que sea sometido a votación.

De momento, el informe previo del IAPH es “muy escueto”, en palabras del presidente. En general, el estado de conservación general es “muy bueno”. No obstante, entre lo más deteriorado está la cara, en especial por las rozaduras de alfileres de vestidores y camareras, y las manos, por el desgaste del besamanos de cada año. Junto a la restauración en sí, la idea es que en esa asamblea se aporten los detalles y el presupuesto para afrontar “un estudio exhaustivo”. Ello permitiría desvelar una de las incógnitas que más anhela conocer la junta de Gobierno, la datación precisa de la talla.

Si la asamblea da el visto bueno, el siguiente paso sería que el Obispado, a través del vicario general de patrimonio, dé la autorización pertinente. El presidente calcula que los trámites con el IAPH podrían demorarse hasta noviembre. A partir de ahí la restauración propiamente dicha se prolongaría durante unos tres meses.

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