La andalucía que no se resigna

Termina febrero el mes de Andalucía, una fecha de celebración, pero también de reivindicación, en este mes, conmemoramos la determinación del pueblo andaluz de protagonizar su destino. Hace 39 años los andaluces superamos el muro que nos habían levantado paraimpedir que pudiéramos alcanzar el autogobierno, sorteamos todos los obstáculos paraproclamar nuestro derecho a la igualdad, ylo hicimos dando un ejemplo de civismo, deresponsabilidad y de compromiso.

La derecha española siempre estuvo en contra de que Andalucía consiguiera la Autonomía por el artículo 151, pero los andaluces/as conscientes de todo lo que nos jugábamos, comenzamos una gesta colectiva que empezó en la calle, continuo en la urnas y terminó evitando que Andalucía fuera una región postergada y abandonada.

Andalucía antes de la autonomía era una Andalucía en Blanco y Negro, donde familias agricultoras y ganaderas apenas subsistían. Pero también de terratenientes que lo dominaban todo. La mayoría de los andaluces se veían avocados a abandonar Andalucía y buscar su porvenir en otras regiones más ricas de España o incluso en otros países. En aquellos años apenas unos cuantos podían estudiar: el resto debía mirar al campo, pensar a corto plazo y luchar por un trozo de pan. No Había servicios públicos

La Autonomía Andaluza fue el resultado de un acuerdo obtenido en una coyuntura crítica para el sistema democrático. El 23 de febrero, se había producido el intento de golpe de Estado en el Congreso de los Diputados. Los españoles salimos masivamente a la calle, en esos días de febrero, para reafirmar la defensa de la democracia. Nosotros, los andaluces, también lo hicimos. Pero hicimos algo más: reafirmamos nuestra identidad democrática con ese Estatuto que sería refrendado en referéndum.

No es ocioso recordar esta historia porque es la que nos explica y justifica, la que nos sigue alentando, en nuestras propias aspiraciones. Y, por eso mismo, solo desde esta historia, desde el respeto a su significado más profundo, es desde la que podemos entrar en el debate hoy abierto sobre el Estado de las Autonomías.

Hagámoslo,sin duda son muchos los avances que ha experimentado, pasando de ser una tierra subdesarrollada a una comunidad moderna con importantes infraestructuras, una comunidad innovadora, por eso es justo reconocer que la Autonomía andaluza ha traído progreso y bienestar a nuestra tierra.

No olvidemos un legado político como el del 28 de febrero. Ni tampoco echemos por tierra una realidad que es incuestionable: la de que la España autonómica, tal y como se desarrolló a partir del 28 de febrero de 1980, ha sido, y es, una historia de éxito. Un historia de éxitos que necesita avanzar, dar un paso más, perfeccionarse para dar más respuesta a la ciudadanía y a nuevos desafíos,que son, avanzar más en políticas sociales, en  el acceso de todos los españoles a la educación, a la sanidad y a los servicios sociales en igualdad de condiciones y en cualquier lugar del territorio.

Pero todo esto está en peligro, el consenso sobre lo que significó la autonomía andaluza,estaa punto de romperse debido al pacto que las derechas andaluzas han hecho con la extrema derecha de Vox, cuestionan nuestra autonomía, nuestras instituciones de Autogobierno, el estado de bienestar,pero sobre todo cuestionan la igualdad dehombres y mujeres. algo que pensábamos que ya estaba consolidado, se esta empezando a tambalear con la entrada de la extrema derecha al gobierno de Andalucía. No es alarmismo es la realidad que vemos a diario en las declaraciones de los distintos dirigentes Andaluces.

Pero tenemos la esperanza de saber que hay una Andalucía que no se resigna a los postulados de la derecha, que no se resigna a que se se deterioren los servicios públicos, que no se resigna a que acaben con algo que tanto nos costo conseguir “ La igualdad y la Justicia Social “.

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