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El colegio ha celebrado la cuarta edición de su concurso RuperChef, donde se involucra a toda la comunidad educativa para elaborar platos originales
La comunidad educativa del Colegio Público (CEIP) Ruperto Fernández Tenllado se ha puesto el delantal y el gorro de cocina para una nueva edición de su concurso RuperChef. El patio del colegio ha acogido la fase final de esta cuarta entrega. Como las anteriores, ha contado con la participación del alumnado, personal docente y las familias de los escolares. Como ejemplo, la directora del centro, Rocío Jiménez, ha concursado con una madre del AMPA. En su opinión, esa combinación evidencia la buena relación entre ambas partes, que puede servir de espejo para los menores.
- El jurado ha estado formado por cocineros y restauradores profesionales, que a su vez son abuelos de algunos escolares
En todos los casos la participación era por parejas. A la fase final han accedido treinta personas, tras una pequeña criba de las cincuenta que se habían clasificado para semifinales. Según detalla la jefa de Estudios, Araceli Aroca, de ahí salieron para la final cuatro parejas infantiles y el resto adultas. La valoración ha corrido a cargo de un jurado formado de nuevo por cocineros y restauradores profesionales, muy conocidos en Rute, a la vez que abuelos de algunos escolares.
Los criterios para evaluar los platos combinaban la parte gastronómica con la educativa. Como ejemplo, Aroca menciona la vinculación con las Matemáticas. Así, las parejas debían calcular los porcentajes de ingredientes de cada plato. También en la asignatura de Conocimiento del Medio han trabajado con especies características de diversos países. Por último, en Lengua han hecho exposiciones de las recetas presentadas. De manera más específica, la actividad se enmarca en el área de Educación Física. La profesora de esta materia, Carolina Sánchez, cree que todo se puede interrelacionar.
En su caso, es obvio el vínculo entre el ejercicio físico y la alimentación saludable. Pero también influye el trabajo en equipo o la responsabilidad. Además, la alimentación es un contenido transversal del colegio. Por eso, se ha implicado a todos los niveles, aunque en la elaboración de los platos sólo haya entrado el alumnado de quinto y sexto. Asimismo, en consonancia con el proyecto interdisciplinar del centro, relacionado con el mundo de “Aladín”, se ha buscado un toque oriental en la puesta en escena y la escenografía. No obstante, había libertad creativa para elaborar los dos platos con que se concursaba. Tan sólo se requería que uno fuera dulce y otro salado.
El colofón al certamen ha sido degustar todo lo que se había cocinado. De cara al futuro, al cabo de cuatro ediciones, el claustro sigue planificando ideas y Araceli Aroca ha confirmado que ya está en preparación un libro con todas las recetas que se han presentado a concurso hasta la fecha. De hecho, podría ampliarse porque la intención es seguir repitiendo esta iniciativa en los próximos cursos mientras, como concluye la directora, “haya motivación por todas las partes”.